sábado, 28 de julio de 2012
"Carpe Jugulum", de Terry Pratchett
En Lancre se viene la noche. Mejor dicho, se vienen las criaturas de la noche.
Unos vampiros "modernos" y "modélicos" bajan de Überwald para hacer un experimento político en Lancre, copando el gobierno local y forzando un contrato social en el que los humanos cambian seguridad por libertad (algo que nunca ha pasado ni pasará en el mundo real). Pero chocan con la voluntad de las cuatro brujas del aquelarre del lugar (aunque una en aparente retirada y otra ejerciendo de madre primeriza, amén que reina). En realidad, se enfrentan a la voluntad y poder liso y llano de una, la influencia directa en la base popular de otra y la improbable habilidad para seducir de una tercera, todas empujando para el mismo lado.
Yaya, la más poderosa de las brujas de un reino pródigo en brujas, se enfrenta a sus propios temores y hace lo único que sabe hacer: tomar decisiones. Hay una ética pragmática e incorruptible en su accionar que la lleva a superar cualquier obstáculo, del modo que sea.
Contrariamente a otras veces, y a pesar de los errores, la traducción no me disgustó tanto, sobre todo porque me pareció muy divertida la solución para la lengua de los Nac Mac Feegle.
Las novelas centradas en las brujas de Mundodisco suelen ser de las más negras de la saga, tal vez las más cercanas a las pequeñas decisiones terribles de la vida cotidiana, en este caso expuestas en el contexto de una potencial opresión desde arriba.
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