Artículo 4



BACTERIAS DEVORADORAS DE PLÁSTICO
Críticas al plan de Ego Liken para limpiar los océanos
Luego de un año de experimentación en una operación de limpieza piloto en el Mediterráneo, el megamillonario dueño de VIRGAM prepara el lanzamiento global de su iniciativa.

Desde que su empresa de juegos virtuales lo convirtió de la noche a la mañana en el hombre más rico del planeta, Ego Liken no paró un segundo de generar propuestas y proyectos que muchos tildan de megalomaníacos.
Muchos de ellos no pasaron de la concepción. Otros llegaron a la etapa piloto y así tenemos un espejo solar en órbita cuya única función actual es recordarnos durante la noche que un ser humano con dinero puede brillar más que la Luna.
Ahora estamos en el momento en que uno de sus proyectos más polémicos y al mismo tiempo más esperanzadores está por pasar de esas etapas embrionarias a un sistema global que promete erradicar el flagelo de los plásticos en los océanos.
Si bien la experiencia piloto en el Mediterráneo, frente a la costa de Libia, se considera un éxito, varias voces han planteado inquietudes sobre la viabilidad de semejante apuesta a las bacterias devoradoras de plástico como vehículo seguro de una transformación tan radical del entorno.
Biólogos y genetistas de diversas instituciones de todo el mundo muestran su escepticismo, más enfocado en la seguridad de todo el modelo que en la eficacia, la cual coinciden que es mayor incluso que la esperada por los estudios previos. Es más, aseguran que es ese rendimiento superlativo la fuente de preocupación principal.
¿Qué va a pasar con estas bacterias cuando se acabe el plástico en los mares?, se preguntan, no sin razón, planteando un problema que puede no resultar de tan largo plazo como se esperaba al principio.
Desde el Departamento de Proyectos Especiales de VIRGAM brindan la seguridad de que las bacterias están perfectamente adaptadas a la vida marina y que los problemas planteados por su difusión en los océanos no son superiores a la natural corrosión marina que ha afectado a todos los artefactos que están en contacto con esa porción (mayoritaria) del planeta.
Del otro lado, replican que si bien es un hecho debidamente comprobado que las bacterias son estables y sobreadaptadas al entorno marino, es también real que partieron de cepas con alta mutabilidad y que esa característica puede estar latente y dispararse en un contexto de escasez, lo que llevaría a la posibilidad de que surgieran variantes que se adapten, por ejemplo, al agua dulce, introduciendo un organismo devorador de plásticos en el seno mismo de nuestra civilización a través de las mismas arterias que la hacen posible.
¿Hay que entrar en pánico? Las autoridades nacionales y supranacionales involucradas en el proyecto coinciden con la empresa y pareciera que todo está controlado.
Pero ya Hollywood del siglo XX nos advertía: “La vida siempre encuentra un camino”.

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