martes, 20 de noviembre de 2007
Se va la segunda
La gente de Axxón está siendo muy buena conmigo y me publicaron otro cuento, Piedra.
En la entrada anterior del blog hice una pequeña reseña de la revista y mi relación con ella como lector desatento, pero contento con su evolución, con motivo de la publicación de mi primer cuento, Amigos.
Todo esto es como un premio para mí y me pone muy contento. Sólo puedo parafrasear a Kurosawa y decir que espero trabajar para merecerlo.
martes, 23 de octubre de 2007
¡Me publicaron!
Sí, a mi cuento Amigos (no a mi, como se puede inferir erróneamente por el título un tanto apresurado de esta entrada) lo publicaron en Axxón, en la sección Ficción Breve (treinta y cinco).
La Axxón es una revista de ciencia ficción y fantasía pionera en el formato digital, en el que ya lleva 18 años publicando. Empezó saliendo en diskettes de cinco y cuarto, en un "ejecutable" interactivo, años antes de los primeros CD-ROM. Siempre fue de distribución gratuita y ahora vive en la red de redes.
Recuerdo leerla en las PCs de la empresa del padre de Silvina, mi novia en aquellos años, todavía carente (yo) de esta herramienta tan común hoy día (la PC, no la novia).
El cuento tiene una historia aún más larga. Empezó su existencia en Río Gallegos en 1988, mientras hacía la colimba. Lo perdí, pero lo reescribí en Palma de Mallorca en 1989. Sufrió sus últimas mutaciones este año, al pasar por Taller 7, donde con ayuda de algunos camaradas de pluma recibió su forma final.
Hoy se convierte en mi primer cuento publicado...
Increíble... Increíble que ya hubiera estado escrito cuando nacía Axxón.
Da para alguna narración conjetural sobre mi propia vida al respecto... Pero prefiero dejarla para cuando deje de estar tan contento.
domingo, 14 de octubre de 2007
700
Todos han hablado de 300.
¿Por qué ser menos? Mejor aún, más que dupliquemos la apuesta y hablemos de 700.
Pero empecemos por los 300 que todos conocen.
Una película que contiene o pertenece a tantos de mis intereses y pasiones: historia, guerra, cómics, griegos, epopeyas en espacios cerrados, actos heroicos y desesperados, imágenes cautivantes, hombres musculosos semidesnudos (¡ups! ¿Lo dije o lo pensé?)... Obvio que tengo algo que decir también.
Antes de verla había leído un montón (pero supongo que una ínfima parte) de todo lo que se escribió al respecto, escuchado el "boca a boca" ( "teclado a pantalla" en muchos casos) y en seguida me produjo un ruido con lo que recordaba del cómic que leí hace unos meses. Así que, ya que leí tanto pre-digerido, decidí que necesitaba refrescarme en las fuentes y volví a leer la novela gráfica antes de ir al cine.
Con Miller, leer no es tan importante como mirar. Su fuerte, aún sobre su condición de guionista, es su capacidad de transmitir él con su dibujo o a través de otros dibujantes un relato que reside más en la diagramación que en la palabra. Un relato en que no sólo lo escrito y lo dibujado cuentan, si no que también como se ven en el conjunto de la página. Tener en cuenta esto, la capacidad de transmitir significados más allá de lo directo y a través de la composición, es importante para entender algunas cosas que no son tan inocentes como parecen en la película y que todo "trabajador de la imagen" conoce y usa (o abusa).
Después de la excelente adaptación que hicieron en conjunto Robert Rodríguez y el mismo Miller de Sin City, realmente esperaba con ganas esta peli. Como dije antes, toca muchos de los tópicos que me interesan.
Bueno... Perdón si divago un poco a diferentes temas y me voy por las ramas constantemente. Y mis disculpas si esto lo lee alguien que no vio la película o leyó el cómic (por suerte, que cuente el final no revela nada nuevo, salvo para algún descolgado absoluto o educado fuera de nuestra cultura occidental).
Lo que se vive en la película no es lo mismo que en la historieta, ni desde el relato, ni desde la ideología... Ni siquiera desde la historia...
Esto en sí no es malo, porque para hacer una buena adaptación a un medio diferente, generalmente hay que retorcer el producto original hasta convertirlo en algo potable en el nuevo formato. Pero lo curioso es que la adaptación en este caso parece, si se la mira a vuelo de pájaro, un calco visual y punto por punto, a nivel relato, del original.
¿Dónde está la diferencia, entonces?
Vamos tan ordenadamente como viene a mi cabeza, tratando de respetar la cronología del film y comparándolos (al film y la cronología) con la historieta de Miller...
Leónidas en la película advierte de entrada al mensajero de Jerjes, enviado para negociar la paz con Esparta, que será responsable por sus palabras. El persa se horroriza cuando Gorgo, la reina, lo insulta (porque, de hecho, lo trató como menos que hombre), y contesta de mala manera. Entonces, cuando Leónidas lo tira al foso, lo hace después de un mensaje edificador sobre el insulto que le hace a su reina y sobre la responsabilidad del uso de la palabra. Esto en el cómic es muy diferente: Gorgo no habla, al mensajero los espartanos lo tratan con socarronería desde el principio y Leónidas lo tira al foso por el mensaje que él quiere mandar, no por lo que el persa haya dicho (mucho menos por insultar a la reina).
Gorgo no tiene en el cómic el peso que le da la película. De hecho, toda la subtrama política que transcurre en Esparta cuando los 300 parten es "original" de la peli (esto incluye el discurso del "freedom isn't free and we pay for it with blood"). Esta es la diferencia más evidente y hasta cierto punto no muy molesta... Es que si no, todos los personajes femeninos hubieran sido esclavas de un tipo o de otro, algo impensable para Hollywood (por lo menos, en los últimos años de "political correctness") y hubieran tenido una sola línea de diálogo. Peor, ¡hubieran parecido mujeres viviendo en las condiciones en que vivían en el siglo IV a.C.!
Ok. En Esparta tenían más "libertad", como que podían heredar bienes de sus maridos y participaban en muchas actividades en conjunto antes de casarse, sobre todo deportivas. Y andaban medio desnudas por ahí. Pero no eran oradoras. Sus maridos las podían prestar a sus amigos o guerreros jóvenes para engendrar más espartanos... De hecho, era común que se esperara de ellas que siguieran engendrando espartanos cuando sus maridos pasaban años en campaña.
Frenemos acá un instante para pensar un poco en esto, porque a partir de acá es cuando la obra de Miller y la de Snyder se separan y empiezan a tomar derroteros totalmente diferentes.
Pongámonos en el contexto histórico, en un aspecto que no aparece en el cómic ni en la película, pero creo que es relevante: estamos a 10 años de que los atenienses les patearon el culo a los persas en Maratón. Los espartanos se la perdieron. Llegaron al campo de batalla sólo para reconocer la magnitud de la victoria de esos afeminados de ideas raras de Atenas.
Leónidas es un rey de alrededor de 50 años de edad, casi al borde de la expectativa de vida en esa época y definitivamente entrado en la senectud (en esa época, repito para las almas sensibles). Un espartano desde que nacía hasta que moría se preparaba para pelear. De hecho, se preparaba para tener una buena muerte en batalla. Una batalla para un espartano era como el cumpleaños de quince o el Bar Mitzvá. Se pasaban horas peinándose y poniéndose aceite mutuamente antes de la pelea. Imagínense lo que significaba entonces para un rey de Esparta. Uno que en plenitud de sus fuerzas vio escaparse la oportunidad de cubrirse de honor contra los bárbaros de Darío y ahora se le escapa, lentamente, la vida, sin otra ocupación que masacrar alguna aldea de ilotas (esclavos de Esparta) de vez en cuando. No hay gloria en la rutina.
Entonces, ¿les parece que haya matado a los mensajeros porque insultaron a su esposa o porque pensara en lo mejor para Esparta?
Si todavía no les parece que hay algo raro, ahondemos un poco más en lo que podría haber sido la mente de un espartano. Ya de movida, el hecho de que llegara a tomar conciencia de sí era un asunto de suerte. Una verruga mal puesta cuando nació, ¡ñácate! ¡Al acantilado! Después, la antítesis de "los únicos privilegiados son los niños"; en Esparta los únicos privilegiados eran los fuertes y no hay nada más débil que un niño. Para cuando llegaban a los 7 años, seguramente habían sufrido más humillaciones y vejámenes que nosotros en toda nuestra vida, eso mientras vivían con sus familias. A partir de los 7, se los alejaba de los suyos (pero recuerden que estas familia también eran de espartanos), y en la agogé, que hoy sería algo así como una academia militar del infierno, las humillaciones y los vejámenes se sistematizaban con el objeto de volver al niño un espartano, esto es, un guerrero que sólo responde a Esparta. Se les enseñaba a robar, a matar, a ser crueles con los débiles, a mantenerse callados (la palabra "lacónico" viene de Lacedemonia, nombre helénico de Esparta; esto los convirtió, al contrario del resto de Grecia, tan abocada a la retórica, en maestros de la respuesta irónica y cortita, el "one liner" del sitcom yankee) y, por supuesto, a amar a un compañero mayor. Lo que se conseguía era más que un soldado: era un psicópata perfecto. Si tenía algo de humano o sensible, era reprimido sin piedad.
Ahora, ¿sigue pareciendo tan "inocente" la matanza de los mensajeros, la provocación a Jerjes, ese proto Golfo de Tonkín?
En el cómic no tiene nada de inocente, simplemente pasa. En el film se lo justifica.
Ya tenemos dos personajes, dos Leónidas, completamente diferentes, por un simple discursito justificativo. Uno, el de Miller, simplemente mata a los mensajeros del hijo de Darío. El otro, el de Snyder, lo hace porque insultaron a su mujer (algo que ningún macho puede dejar pasar) y porque hace al mensajero responsable por el mensaje (previo aviso: todos sabemos que el que avisa no es traidor).
Sigamos adelante con algunas pequeñeces.
Se prepara Leónidas con sus 300 para irse, uno de ellos se adelanta y grita: "Estoy contigo hasta la muerte", Leónidas lo mira y se sonríe. Sigue adelante... Su guardia personal lo idolatra.
En la historieta, esa situación está, pero en un contexto que le da una dimensión completamente diferente, en la última noche de batalla, cuando se saben rodeados y después que Leónidas les dice que van a quedarse ahí a pelear hasta el final. Ahí salta el tipo con su frasecita... Pero Leónidas no sonríe para sí paternalmente... La respuesta de Leónidas es "lacónica": "No te estaba preguntando, espartano". Clarísimo... Esa era la libertad que tenían los espartanos... Morir por Esparta (por lo que el rey de Esparta decretara, de hecho) no era una elección.
Volvemos al tiempo de la película y seguimos ahí, a punto de irnos con los 300.
Cuando los miembros del consejo que lo están despidiendo (recordemos que el consejo había decidido no ir a la guerra y que Leónidas parte "de paseo" con su guardia personal, los 300) le preguntan que deben hacer en su ausencia, Leónidas simplemente les recuerda su deber como espartanos: reproducirse. En la peli lo hacen aparecer, por el contexto, como un insulto. A mí no me queda tan claro. Si un espartano no está peleando, tiene que estar produciendo más espartanos. Recuérdese que Esparta era una ciudad sin murallas. "Las murallas de Esparta son los espartanos", se decía. Pero, asimismo, se puede asociar con un deber femenino: es el rol de la mujer por excelencia.
Ni hablemos de la despedida con Gorgo. En el cómic, Gorgo se entera que su rey se va en ese mismo momento, no la noche anterior. Su comentario: "Por eso estabas tan entusiasta anoche" (entusiasmo que el cómic no muestra, pero la película sí, en una de esas escenas de sexo estilizado que se pueden pasar a las dos de la tarde en Discovery Kids). Despide a su hombre con la típica frase espartana que nos enseñan en la secundaria: "Vuelve con el escudo o sobre él" y punto... En la película tenemos hasta un edulcorado intercambio de objetos, símbolo de su amor. Que no sería tan terrible si no fuera por como banaliza a posteriori el mensaje que Leónidas (no) envía por Dilios, cuando lo manda de vuelta a Esparta para contar la historia que galvanizaría a los griegos. En el cómic, ya estaba todo dicho entre ellos, como espartano y espartana, no había necesidad de esa ida y vuelta (banal) de un símbolo de "amor" moderno.
Partimos hacia las Termópilas.
La marcha que nos cuenta Miller es un constante recordatorio de la dureza y crueldad de los espartanos. El castigo físico a la debilidad. El "baile" permanente al que se somete a los soldados.
La escena más importante nos cuenta que el capitán recibe una golpiza que lo duerme del propio Leónidas, por haberse propasado con una golpiza que, a su vez, le estaba dando a Stelios, que se la merecía por haber tropezado...
La marcha que nos cuenta Snyder... Bueno, Snyder en realidad nos cuenta que los persas son muy malos y matan a todos en una aldea y los usan de decoración navideña.
¿Por qué? Porque si no, siguiendo con la historia de Miller, el próximo impacto de crueldad, los exploradores persas empalados y usados como argamasa, hubiera seguido mostrando a los espartanos como... espartanos, en lugar de paladines de la Nueva Era. Ahora, después de ver lo que hicieron los exploradores persas, la crueldad espartana es sólo una respuesta adecuada (otra vez, como con el asesinato de los mensajeros de Jerjes).
Después viene toda la parte de las peleas, bastante buenas, sobre todo en relación con otras del género de espadas y sandalias que hubo recientemente.
Debo confesar que una buena pelea, bien filmada, me complace sobremanera (giro idiomático este último que he estado esperando por años poder usar). Casi que perdono la atrocidad que se hizo con La Ilíada en Troya al verlo a Aquiles pelear haciendo honor a su seudónimo, "el de los pies ligeros".
Acá los combates están filmados de un modo no muy original después de Matrix, pero no abusan de los cortes abruptos como en otras y se enfocan en el accionar de un personaje por vez, dándole a la acción una cierta coherencia y una estética que en general se extraña en otros intentos similares.
Por cierto, el rinoceronte y el gigante de los Inmortales, son invención de Snyder, no aparecen en el original.
Los Inmortales... Miller exagera todo: Efialtes no es un simple jorobado, es un jorobado exagerado. Pero Snyder convierte al enemigo en bestias. Los Inmortales son bestias, no soldados preparados por años como los de Esparta. Hay bestias de todo tipo al servicio de Jerjes, hasta un verdugo semi-humano con brazos de hacha (que tampoco está en el cómic: al general fracasado le cortan la cabeza con una muy común hacha de dos hojas)...
¡Ojo! No hay duda de que la corte de un rey de reyes de esa época debe haber sido un circo freak, pero acá hay una evidente bestialización de todo lo que no es griego.
Esto me recuerda algo que dijo el excelente historiador y execrable bushista de la primera hora Victor David Hanson (cuyo libro The Western Way of War está en la lista de recomendados para leer sobre la historia de las Termópilas en el graphic novel de Miller) en su crítica (elogiosa, por cierto) de la película: que la película refleja claramente como los griegos (y, por ende, los espartanos) se veían a sí mismos. Hablando de como los griegos se ven a sí mismos, no puedo dejar de pensar en Homero, pero Homero Simpson, cuando piensa en sí mismo y se ve con un cuerpo atlético. Y algo de cierto hay: los griegos se veían como los iluminados en un mundo de bestias. Pero digamos que ahí se huele un poco más del tufillo post 9/11 que en muchas de las otras cosas que vengo puntualizando: lo que era exageración en la historieta de 1998, se convierte en deshumanización absoluta en la película del 2006. Este cambio es el que me parece el menos inocente de todos.
La traición de Efialtes es otro punto (¿más?) de diferencia entre las dos obras. Va todo igual hasta que Leónidas le hace levantar el escudo y le dice que lo siente, que no puede pelear a su lado. Ahí, obviamente, en la película se lo suaviza con la sugerencia de que puede hacer tareas auxiliares para los espartanos, que es una tarea de ilota (esclavo espartano, pero no olvidemos que Efialtes es espartano, después de todo, no puede aceptar eso de todos modos, ni creo que otro espartano se lo hubiera ofrecido, a menos que lo hiciera como insulto mortal, aunque a nuestros oídos, y en el contexto de la película, suene como una oportunidad). "Maldito seas, Leónidas", dice Efialtes, y ya sabemos que pasa.
En el comic book, Efialtes se da cuenta de que sus padres "se equivocaron por amor" al no tirarlo del risco como correspondía con un deforme y hace él lo que debieran haber hecho ellos como buenos espartanos: salta de un risco (sin que Leónidas se mosquee por el asunto). Se hace pomada, pero sobrevive. Recién ahí, sintiéndose traicionado por sus propios dioses, decide vengarse de su destino. Si ni siquiera haciendo lo que debe hacer un espartano en su caso, tiene éxito, debe buscar otra cosa.
En una escena posterior (que no está en la película) se lo ve conmovido por la crueldad innecesaria con que los Inmortales a los que guía despachan a los pocos griegos (no espartanos) que defendían el paso secreto hacia las espaldas de los 300, y eso le da otro sentido a su alegato final con Leónidas: Efialtes realmente quiere que nadie muera y que todos ganen algo. No deja de ser un traidor, pero no es el monstruo traidor que pinta Snyder que se vende por un free pass a un burdel freak. Es un tipo traicionado a su vez por sus padres, su nación y sus dioses.
Otro detalle: la relación de Stelios no es con el hijo del capitán, si no con el capitán, y es una de burla y rebaja constante, no de camaradería viril, e incluye castigo físico directo, como en el episodio antecitado de la marcha. De que el capitán tiene un hijo no nos enteramos en la historieta hasta que lo matan y se vuelve loco, rompiendo la formación.
Eso es volverse loco para un espartano: romper la formación. El espartano no es el héroe homérico, el guerrero de areté (virtud, algo que destaca, en este caso en combate), que sale a pelear mano a mano contra otros guerreros de similares características y concepto del honor.
La fuerza militar de Esparta reside en la falange: fila tras fila de hombres con largas lanzas, formando un compacto erizo mortífero imposible de resistir (hasta que al astuto Epaminondas de Tebas se le ocurrió el "orden oblicuo" y arrasó con los espartanos, pero eso es otra historia). La virtud individual, entonces, pasó de ser el areté, lo que distinguía al individuo, a ser la sophrosiné, la templanza, el "matener la línea", ser parte, un engranaje anónimo, pero indispensable, de la falange.
Cuando Héctor mata a Patroclo, su parej... errr... amigo Aquiles, enloquece y mata a un rebaño de ovejas y hace todo tipo de salvajadas en venganza por su muerte. Ni un griego se mosqueó (no mucho). Cuando los persas matan al hijo del capitán, este, en su locura, rompe la formación y avanza por adelante de la línea, exponiendo al resto de los espartanos. Lo reducen entre tres, pero no por salvarlo de su locura, sino para devolverlo a la formación.
En fin, vayamos al último punto, exclusivo de la película, absolutamente visual y de alto impacto ideológico: la muerte de Leónidas. Mejor dicho, la última imagen de Leónidas muerto, atravesado por flechas, los brazos abiertos en cruz.. Si, la perfecta iconografía cristiana... Eso que decía al principio de transmitir significados a través de la composición, ¿se acuerdan? Inmediatamente me vino a la memoria la primera vez que me di cuenta de esto, en mi adolescencia (tal vez niñez), mirando El Hombre Omega, pálida adaptación protagonizada por Charlton Heston del excelente libro de Richard Matheson Soy Leyenda. En esa adaptación, dan vuelta totalmente el sentido del libro y terminan convirtiendo al mandibuloso Heston en un mártir, que muere con los brazos extendidos, la cabeza volcada a un lado... Miller también usó el recurso en otra historieta (Daredevil Reborn, si mal no recuerdo) en una hermosa composición en que los cuadros tradicionales de la historieta dibujaban una cruz con el protagonista adentro. Pero con otro sentido, de renacimiento, después de la muerte.
Como dije antes, en fin... No voy a entrar en detalles sobre la incongruencia conceptual de esto. El mensaje, de todos modos, es claro.
¿Conclusiones? Es una película que apela a emociones primarias, pero a mí, que lloro con todas, no me emocionó ni un poquito. Yo lloro con El viento y el león en la parte en que los árabes pisotean el oro que les dan los europeos por traicionar al Raisuli (¿se escribía así?). En serio. Todas las veces que la veo.
Visualmente y cinemáticamente, es impecable, aún en su manera burda de transmitir algunos mensajes.
Le falta ritmo. Le falta substancia.
Que no hablen de los 700 griegos que se quedaron con los 300 vaya y pase porque se habla de la leyenda, el mito, de esos 300.
¿Es tan bushista como la pintan? No se... Mucho de lo que parece ideología neocon en un primer vistazo, también se puede explicar por la simple edulcoración a que propende todo producto de Hollywood, de izquierda, de derecha o del medio. Los grises no existen. Los buenos deben ser buenos. No pueden ser una banda de psicópatas peleando por un capricho de un rey al que se le pasa el cuarto de hora sin gloria. Entonces, pelean por La Libertad (o, como se le "escapó" a Leónidas en uno de los discursitos de entre batallas, "las libertades", que automáticamente nos remite a "las libertades civiles", que brillaban por su ausencia incluso en el contexto casi naif de la película), la Razón, la Justicia.
Eso, intencionadamente o no, pone la película, hoy, en el campo de la propaganda bélica, de los que creen en la guerra entre civilizaciones.
Una pena.
Pero un excelente material para disparar reflexiones sobre los cuatro niveles que encontramos en este episodio cultural:
- El hecho histórico.
- El mito histórico.
- La transformación del mito en un relato: el cómic de Miller (a su vez, basado en otros relatos, referidos al mito y al hecho histórico).
- La adaptación de ese relato al cine de Hollywood (una fábrica de mitos con sus propias reglas).
Sobre el hecho histórico, tenemos una batalla en condiciones desiguales entre el ejército más poderoso de la época, contra una fuerza mínima de griegos. Ahora bien, la historia nos cuenta que eran alrededor de 7.000 los griegos defendiendo un paso virtualmente inaccesible para el atacante. Los espartanos, una pequeña proporción (incluso si se cuentan los ilotas que los acompañaban, alrededor de dos por cada espartano), asumen el mando y pelean hasta el final, cuando el enemigo descubrió el paso alternativo y los Inmortales los rodean.
Pero los espartanos no se quedaron solos. No murieron 300 en ese día final. Con ellos murieron 700 tespios. Encima, la guerra no se definió ni cambió mucho por este gesto desesperado, que, al fin y al cabo, fue una derrota. La guerra se definió en el mar, con la batalla de Salamina, dónde la flota ateniense derrotó a una flota superior persa. ¿Cuántos recuerdan la heroica batalla de Salamina, con los griegos, menos numerosos, efectivamente ganando? Interesante, ¿no?
El mito, tal como nos llega, sólo nos habla de Leónidas y sus espartanos. ¿Por qué?
Tal vez porque la estructura de los relatos que perduran y nos gustan a un nivel casi podríamos decir que visceral tiende a ser muy simple. No puede frenar la acción ejemplar, heroica, para explicarnos que no eran sólo espartanos, que la batalla en sí no fue definitoria y entrar en ese mar de grises que es la historia real. Digamos que en ese sentido la construcción mítica de estos actos ejemplares funciona mucho como la propaganda: exaltando un aspecto y, de ser necesario, volviéndolo algo mucho más relevante de lo que fue. En el caso de las Termópilas, afirmando que la batalla aglutinó el espíritu helénico y permitió derrotar a los persas... Cuando la realidad nos muestra que los griegos ya estaban tirando para el mismo lado y en cuanto derrotaron a los persas ya se volvieron a agarrar del cuello unos a otros... Pero la realidad no es el territorio del mito, aunque muchas veces tome un elemento de ella y lo exagere en un aspecto, como en este caso.
Y del mito es de donde salen los relatos "populares". Uno de estos relatos es la graphic novel de Miller, inspirada en The Hot Gates de William Golding, entre otras fuentes. Como fui comentando a lo largo de la crítica, la historieta de Miller queda bastante bien parada frente a lo que se hizo de ella: no hay una toma de partido ética en las acciones de ninguno de los bandos, los espartanos, a pesar de ser los "héroes", son mostrados con toda la crueldad que poseen, la acción es llevada adelante, valga la redundancia, por la acción misma. No es un gran cómic, pero es una historia bien contada sobre el mito, "revisado" a la luz del conocimiento histórico: tal vez no aparezcan los ilotas, pero no es esa la historia que le interesaba contar a Miller. O sea, existe un recorte de la realidad, pero al mismo tiempo un cierto respeto por esta.
Hollywood, la fábrica de mitos de la era moderna y post-moderna, no acepta grises. Tiene varias reglas claras en cuanto a lo que "vende" y a lo que es "aceptable". Los grises no entran en la ecuación. De las Termópilas, sólo ven los 300; de los 300, sólo ven los aspectos heroicos; los héroes no dudan ni tienen matices: si hacen algo malo, es porque les hicieron algo malo. Como decía antes, uno debe adaptar el relato al medio. Pasar del cómic al cine, aunque tienen muchos elementos de relato en común, implica una concentración en ciertos aspectos en detrimento de otros. A veces, hasta inversiones, para hacer el relato inteligible (un ejemplo muy claro es Blade Runner, donde se concentra todo en la acción policial de la novela de Dick e incluso se invierten cosas, como la relación con animales "vivos" y "mecánicos", por no disponer el tiempo como para explicarlo adecuadamente si se siguiera el camino de la novela). Lo extraño es que en este caso la graphic novel es muy acotada y, así como se puso especial cuidado en reproducir al detalle algunos "fotogramas" de la historieta, la historia en sí hubiera resistido el pasaje sin muchos problemas (los que ya señalé anteriormente).
Esto va más allá de una intención política manifiesta, a pesar de la oportunidad (¿oportunismo?) del estreno. Tiene que ver con esta idea de un público que no "compra" los matices, las historias bien contadas, que recibe todo a nivel visceral y sólo reacciona a las fórmulas. Esto lo que muestra en realidad es la falta de imaginación de los ejecutivos de Hollywood, que, el día de hoy, son más administradores de empresas que productores creativos de carrera. Pero creo que no descubro nada nuevo.
Antes de terminar, quisiera volver un poco sobre el caso de los tespios. Tespia era una pequeña ciudad al norte de Atenas, justo en el camino de los persas. En Tespia se dedicaban al arte, no a la guerra. Vivían en democracia. Los 700 tespios que eligieron morir en las Termópilas eran los únicos soldados que tenían para defenderla. Después de la batalla, Jerjes ocupó su ciudad y la destruyó.
El morir en batalla era un honor para los espartanos. Si eran derrotados, un deber. Sólo una mínima parte de su poderoso ejército estaba involucrada en la batalla y Esparta no corría ningún riesgo inminente.
Los tespios eran verdaderos ciudadanos libres, que se ofrecieron al sacrificio por honor y dignidad, no por condicionamiento educativo.
¿No hay en los tespios en las Termópilas material para un mito mucho más hermoso?
El morir en batalla era un honor para los espartanos. Si eran derrotados, un deber. Sólo una mínima parte de su poderoso ejército estaba involucrada en la batalla y Esparta no corría ningún riesgo inminente.
Los tespios eran verdaderos ciudadanos libres, que se ofrecieron al sacrificio por honor y dignidad, no por condicionamiento educativo.
¿No hay en los tespios en las Termópilas material para un mito mucho más hermoso?
domingo, 7 de octubre de 2007
Hay días que me levanto harto de los Padres de la Patria
Juana Azurduy
(Letra: Féliz Luna - Música: Ariel Ramírez)
Juana Azurduy,
flor del Alto Perú:
no hay otro capitán
más valiente que tú.
Oigo tu voz
más allá de Jujuy
y tu galope audaz,
Doña Juana Azurduy.
Me enamora la patria en agraz,
desvelada, recorro su faz;
el español no pasará
con mujeres tendrá que pelear.
Juana Azurduy,
flor del Alto Perú,
no hay otro capitán
más valiente que tú.
Estribillo
Truena el cañón,
préstame tu fusil
que la revolución
viene oliendo a jazmín.
Tierra del sol
en el Alto Perú,
el eco nombra aún
a Tupac Amaru.
Tierra en armas que se hace mujer,
amazona de la libertad.
Quiero formar
en tu escuadrón
y al clarín de tu voz
atacar.
(Letra: Féliz Luna - Música: Ariel Ramírez)
Juana Azurduy,
flor del Alto Perú:
no hay otro capitán
más valiente que tú.
Oigo tu voz
más allá de Jujuy
y tu galope audaz,
Doña Juana Azurduy.
Me enamora la patria en agraz,
desvelada, recorro su faz;
el español no pasará
con mujeres tendrá que pelear.
Juana Azurduy,
flor del Alto Perú,
no hay otro capitán
más valiente que tú.
Estribillo
Truena el cañón,
préstame tu fusil
que la revolución
viene oliendo a jazmín.
Tierra del sol
en el Alto Perú,
el eco nombra aún
a Tupac Amaru.
Tierra en armas que se hace mujer,
amazona de la libertad.
Quiero formar
en tu escuadrón
y al clarín de tu voz
atacar.
viernes, 5 de octubre de 2007
jueves, 4 de octubre de 2007
El principio del fin
Hoy se cumplen 50 años del lanzamiento del Sputnik.
Por primera vez, una máquina llegó a donde ningún hombre había llegado antes...
Por primera vez, una máquina llegó a donde ningún hombre había llegado antes...
domingo, 9 de septiembre de 2007
domingo, 26 de agosto de 2007
¡Válgame Dios! ¡Estoy en conserva!
No. No me refiero a que no aparento mi edad (esperanza y consuelo ficticio si lo hay, cuando lo que se ve no refleja todo el descalabro que los años hacen por dentro). Salvo que, trayendo el pensamiento mágico (u homeopático) al ruedo, la apariencia vaya ligada por homonimia a la ideología...
(Deliro: Homonimia, homofonía, ¿homofobia?...)
Todo el laburo que me tomé de buscar viejas cosas que escribí para poner en el blog ha rendido sus frutos.
Unos frutos inesperados, como suele suceder...
Uno se pasa la vida buscando un lugar "mental" donde ponerse en relación con el universo que lo rodea, esperando contribuir a la mejora global de las cosas con su mínimo micrón de arena. Llega incluso a forjarse una cierta reputación de "marginal", por acción y por defecto.
¿Para qué?
Para desenterrar cuentos de otras épocas en que escribía más prolíficamente y descubrir que, invirtiendo la causalidad temporal, ¡uno ya era un conservador desde joven!
Donde dice uno, si fuera honesto, debería decir yo, obviamente. Pero es muy difícil ser honesto cuando la crítica es para uno (mí).
Veamos los hechos. Clickeando en Lo que escribo en el Indice temático de este blog, a vuestra izquierda, se puede acceder al listado de cuentos, poesías y material no clasificable que posteé en el blog.
Ahí encontramos High Heels, Piedra y A fuego lento que son directamente fábulas moralistas en que alguien que hace un "mal" (desde una simple desobediencia a la autoridad hasta una serie de asesinatos) es castigado con la muerte y/o el Infierno mismo, en alguna de sus formas. No hay grises, ni excusas. Ni siquiera una mínima sutileza.
Después tenemos Bandar, en otra categoría: la de la descripción de una realidad eterna sin atisbo o posibilidad de transformación. Mucho más sutil, pero mucho más perniciosamente conservador que la fábula moral.
Pero hay un caso particular, que data de 1988: Amigos. En este hay que meterse más profundo para ver el punto (Tal vez no. Tal vez a mi me parezca menos evidente por simple cercanía). En esta historia un "amigo" tiene una "enfermedad" que contagia a otro amigo, por un contacto físico estrecho ("casi íntimo"). Esta enfermedad hace que el protagonista se transforme (literalmente) en lo mismo que su amigo era... ¡Si esto no es una parábola homofóbica, no se lo que es!
Maldita homonimia.
Moraleja: nunca, pero nunca jamás, apliques tus herramientas de análisis crítico a tus propios escritos. Podés descubrir que no sos quien creés que sos.
(Deliro: Homonimia, homofonía, ¿homofobia?...)
Todo el laburo que me tomé de buscar viejas cosas que escribí para poner en el blog ha rendido sus frutos.
Unos frutos inesperados, como suele suceder...
Uno se pasa la vida buscando un lugar "mental" donde ponerse en relación con el universo que lo rodea, esperando contribuir a la mejora global de las cosas con su mínimo micrón de arena. Llega incluso a forjarse una cierta reputación de "marginal", por acción y por defecto.
¿Para qué?
Para desenterrar cuentos de otras épocas en que escribía más prolíficamente y descubrir que, invirtiendo la causalidad temporal, ¡uno ya era un conservador desde joven!
Donde dice uno, si fuera honesto, debería decir yo, obviamente. Pero es muy difícil ser honesto cuando la crítica es para uno (mí).
Veamos los hechos. Clickeando en Lo que escribo en el Indice temático de este blog, a vuestra izquierda, se puede acceder al listado de cuentos, poesías y material no clasificable que posteé en el blog.
Ahí encontramos High Heels, Piedra y A fuego lento que son directamente fábulas moralistas en que alguien que hace un "mal" (desde una simple desobediencia a la autoridad hasta una serie de asesinatos) es castigado con la muerte y/o el Infierno mismo, en alguna de sus formas. No hay grises, ni excusas. Ni siquiera una mínima sutileza.
Después tenemos Bandar, en otra categoría: la de la descripción de una realidad eterna sin atisbo o posibilidad de transformación. Mucho más sutil, pero mucho más perniciosamente conservador que la fábula moral.
Pero hay un caso particular, que data de 1988: Amigos. En este hay que meterse más profundo para ver el punto (Tal vez no. Tal vez a mi me parezca menos evidente por simple cercanía). En esta historia un "amigo" tiene una "enfermedad" que contagia a otro amigo, por un contacto físico estrecho ("casi íntimo"). Esta enfermedad hace que el protagonista se transforme (literalmente) en lo mismo que su amigo era... ¡Si esto no es una parábola homofóbica, no se lo que es!
Maldita homonimia.
Moraleja: nunca, pero nunca jamás, apliques tus herramientas de análisis crítico a tus propios escritos. Podés descubrir que no sos quien creés que sos.
miércoles, 22 de agosto de 2007
Propaganda de ayer, de hoy y de siempre...
Con el pomposo título de El medieval proyecto de Hugo Chávez para la infancia, se puede leer en (des)InfoBAE el siguiente articulado de la supuesta propuesta de ley de educación venezolana (en el mundo real, Ley Orgánica de Educación):
Artículo III: "A partir de la vigencia de la presente Ley, la Patria Potestad de las personas menores de 20 años de edad será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en que este delegue facultad".
Artículo IV: "Todo menor de edad permanecerá al cuidado de sus padres hasta tanto cumpla la edad de de 3 años, pasados los cuales deberá ser confiado para su educación física y mental así como para capacidad cívica, a la Organización de Círculos Infantiles organismo que por esta Ley queda facultado para disponer la guarda y cuidado de la persona y ejercicio de la Patria Potestad de estos menores".
Artículo V: "La Organización de Círculos Infantiles dictará las predicciones necesarias para que todo menor de edad comprendido entre los 3 y 10 años permanezca en la Provincia donde residen los padres y procurando que sea tenido en el domicilio de los mismos no menos de dos días al mes, para que no pierda contacto con el núcleo familiar".
Como saben los que me conocen, soy un obsesivo, maníaco casi, así que me puse a investigar y propongo una variante lúdica de lo que encontré, un juego de las diferencias. A continuación, voy a poner un texto para que lo comparemos con el articulado de la "ley" chavista y hagamos el juego:
ARTICULO TRES: A partir de la vigencia de la presente ley, la patria potestad de las personas menores de 20 años de edad —¡por poco cae hasta el propio Armando en esto! (RISAS), ¡y aquí hay héroes que son comandantes, muchachos que son comandantes y tienen diecisiete años! —menores de 20 años de edad será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en el cual se delegue esta facultad.
ARTICULO CUATRO: Todo menor de edad permanecerá al cuidado de sus padres hasta que cumpla la edad de tres años, pasados los cuales deberá ser confiado para su educación física y mental, así como su capacidad cívica, a la Organización de los Círculos Infantiles (OCI), organismos que por ley queda facultado para disponer de la guardia y cuidado de la persona y en ejercicio de la patria potestad de esos menores.
ARTICULO CINCO: La Organización de los Círculos Infantiles dictará las previsiones necesarias para que todo menor de edad comprendido entre tres y diez años permanezca en provincia donde residan sus padres, y procurado que tenidos en el domicilio de los mismos no menos de dos días al mes, para que no pierdan su contacto con el núcleo familiar. Pasados los 10 años todo menor podrá ser asignado para su instrucción, cultura y capacitación cívica al lugar que más apropiado sea para ello, y tomando en cuenta los más altos intereses de la nación. Al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, INDER —a Llanusa; oigan esto, ¡después se lo remiten todos a Llanusa! (RISAS)— corresponderá hacer todas las previsiones encaminadas al mejor desarrollo físico y deportivo de los menores de edad tutelados por la Organización de los Círculos Infantiles, OCI.
¿Qué diferencias encontraron?
Risas, comentarios irónicos intercalados en el texto y referencias a personajes desconocidos para la mayoría. El articulado en sí es el mismo.
¿De dónde vienen todos esos comentarios?¿De una transcripción del programa "Aló, Presidente"?¿Estamos ante el histrionismo burlón de Hugo Chávez Frías, jactándose ante su audiencia fiel?
No.
Es una transcripción, sí, pero del DISCURSO PRONUNCIADO POR EL CMDTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO DE ENTREGA DE PREMIOS A LOS GANADORES DEL CONCURSO DE CANCIONES POPULARES INSPIRADAS EN LA REVOLUCION, EN EL TEATRO "GARCIA LORCA", EL 19 DE SEPTIEMBRE DE 1961.
Leyeron bien 19 de septiembre de 1961
Así que a esas referencias burlonas pónganle la voz de un joven (sí, joven) Fidel Castro Ruz.
En ese discurso se burla de una supuesta ley de patria potestad que los anticastristas supuestamente encontraron en su despacho.
Copio a continuación lo relevante (nadie jamás leyó o escuchó un discurso de Fidel completo. ¿O sí?):
Entonces, a esa gente que ellos asustaron con esas leyes, ahora le dicen: “Oye, viene otra ley, que es la de la patria potestad, que nadie sabe”. Entonces, ¿qué han hecho?, ¿qué han llegado a hacer? Se lo voy a decir: han llegado a la cosa inaudita, desvergonzada, de fabricar una ley —fíjense—, de fabricar una ley con todos sus por cuantos y todas sus cosas, y decir que me la robaron a mí de mi despacho (RISAS). ¡Esta gente no sabe ni cómo se hacen las leyes aquí! Las leyes no se hacen nunca en mi despacho; las leyes las hace el ministerio correspondiente, el proyecto, lo discutimos en el Consejo de Ministros, lo revisamos, volvemos a discutir. Jamás en mi despacho se ha hecho ninguna ley, jamás. Es más, ¿despacho de qué? ¿Ustedes han oído decir que el Primer Ministro vaya a ninguna oficina de despacho? No señor, el Primer Ministro trabaja en distintos sitios, dondequiera que se reúne con cada una de las distintas actividades, con los compañeros del Estado Mayor, o con los compañeros de la dirección política, o con los compañeros del Consejo de Ministros; trabaja en la calle, como ustedes saben (APLAUSOS). Esos señores no saben ni cómo se hacen las leyes… y se discuten, y se vuelven a discutir, y se vuelven a discutir… ahí está la Ley de Reforma Agraria, el proyecto que se hizo con todas las enmiendas, y más Enmiendas, que se resolvieron a medida que se iba perfeccionando la ley.
Entonces, ellos inventan que de mi despacho han sustraído una copia de la ley, vean ustedes. Entonces, han tenido el descaro, el descaro de fabricar una ley completica, con todas las cosas como se hace una ley, con por cuantos, con resolución, con articulado, con disposiciones transitorias y con disposiciones finales. Claro, sacaron distintas copias… una en este tipo de cosita que es propia de… ¿Ustedes la conocen, esa letra? Bueno, es la de las hojitas parroquiales…muy conocida la letra… Otra la hicieron en mimeógrafo, y otra la hicieron en la imprenta, con distintas cosa.
En esta primera dice: “Copia de la ley de la patria potestad sustraída del despacho del Primer Ministro del gobierno comunista (RISAS)…” La otra no dice esto, esta no tiene fecha, a esta no le pusieron fecha. A esta sí, a esta ya le pusieron fecha y todo: 31 de agosto de 1961. A esta otra le pusieron 3 de agosto de 1961. Entonces, toda una ley con sus por cuantos. Dice: “copia fiel de su original”.
“Osvaldo Dorticós Torrado… —yo creo que se había ido Dorticós ya el 31; ¿cuándo se fue Dorticós, qué día se fue? Creo que se fue el día 30, ¿no?… el 29 se fue Dorticós, y ahí está el 31—… Osvaldo Dorticós Torrado, presidente de la república, hago saber que el Consejo de Ministro ha acordado y yo he sancionado lo siguiente:
POR CUANTO: El desarrollo de la Revolución Cubana, como hecho ejemplar de calidad histórica, constituye una realidad que transforma todas aquellas que taran el progreso social de los pueblos.
POR CUANTO: El progreso social de la Revolución Cubana interesa ya no solo a los propios ciudadanos de este país, territorio libre de América, sino que es objeto de curiosidad en todos lo rincones de la tierra y muy especialmente en la América Latina —miren que fantochería y qué cosa de vanidad para ponerla en un por cuanto de la ley.
POR CUANTO: El deseo y necesidad del Gobierno Revolucionario por transformar aquellas instituciones que no marchan acordes de su más alta consecuencias e inmediatas metas, esto es, la construcción de la sociedad socialista, no por su denominación, sino por su funcionamiento orgánico, todo ello conforme a los postulados de la Declaración de La Habana.
POR CUANTO: La Revolución Cubana y el Gobierno Revolucionario se hallan suficientemente desarrollados y organizados para propender a la educación de la juventud cubana dentro de los niveles realmente socialistas.
POR CUANTO: El pueblo de Cuba y su Gobierno Revolucionario cuentan con organizaciones revolucionarias como son el Ministerio de Educación Revolucionario, la organización de círculos sociales obreros e infantiles, el Instituto Nacional de Deportes, de Educación Física y Recreación, así como las Organizaciones Revolucionarias Integradas.
POR CUANTO: Es necesario orientar y modificar ciertas instituciones civiles para plasmar en realidad el deseo del Gobierno Revolucionario de viabilizar el encauzamiento de las juventudes cubanas hacia la más completa organización socialista.
POR CUANTO: En uso de las facultades que le están conferidas, el Consejo de Ministros, como más alto representante de los intereses populares, resuelve dictar la siguiente ley número… —no tiene número, estaban mal orientados parece y no sabían qué número podía ser.
ARTICULO UNO: Se derogan los capítulos 1, 2, 3,4 y 5 del título siete que regulan las instituciones de la patria potestad y la adopción, quedando vigente el código civil y derogados totalmente los artículos 154 al 180.
ARTICULO DOS: Asimismo se deja sin efecto y con carácter retroactivo, en los casos de sentencias dictadas, los artículos 21, 23, 24 y 25 del decreto ley número 210 del 10 de mayo de 1934 en todo lo que se oponga a la presente ley… —esto debe haberlo hecho un "marrullero" viejo de esos, experto en trucos (RISAS).
ARTICULO TRES: A partir de la vigencia de la presente ley, la patria potestad de las personas menores de 20 años de edad —¡por poco cae hasta el propio Armando en esto! (RISAS), ¡y aquí hay héroes que son comandantes, muchachos que son comandantes y tienen diecisiete años! —menores de 20 años de edad será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en el cual se delegue esta facultad.
ARTICULO CUATRO: Todo menor de edad permanecerá al cuidado de sus padres hasta que cumpla la edad de tres años, pasados los cuales deberá ser confiado para su educación física y mental, así como su capacidad cívica, a la Organización de los Círculos Infantiles (OCI), organismos que por ley queda facultado para disponer de la guardia y cuidado de la persona y en ejercicio de la patria potestad de esos menores.
ARTICULO CINCO: La Organización de los Círculos Infantiles dictará las previsiones necesarias para que todo menor de edad comprendido entre tres y diez años permanezca en provincia donde residan sus padres, y procurado que tenidos en el domicilio de los mismos no menos de dos días al mes, para que no pierdan su contacto con el núcleo familiar. Pasados los 10 años todo menor podrá ser asignado para su instrucción, cultura y capacitación cívica al lugar que más apropiado sea para ello, y tomando en cuenta los más altos intereses de la nación. Al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, INDER —a Llanusa; oigan esto, ¡después se lo remiten todos a Llanusa! (RISAS)— corresponderá hacer todas las previsiones encaminadas al mejor desarrollo físico y deportivo de los menores de edad tutelados por la Organización de los Círculos Infantiles, OCI.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA: Desde la publicación de la presente ley en la Gaceta Oficial, queda prohibida la salida del territorio nacional de todas las personas menores de edad comprendidas en la ley.
SEGUNDA: En los juicios de divorcio pendiente de sentencia o fallo firme de los jueces y magistrados, tomarán en consideración lo dispuesto en el artículo uno al tres de esta ley.
TERCERO: Las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), procederán a efectuar en un plazo no menor de 60 días a la publicidad de esta ley, un censo de menores de edad, donde consten las circunstancias de su edad, sexo, nombre de los padres, estado aparente de salud del menor, y domicilio. Y ustedes verán esto cómo está combinado con una medida tomada por los círculos infantiles, que les voy a explicar después.
DISPOSICIONES FINALES
PRIMERA: Se dejan excluidos de las prevenciones de la presente ley los hijos menores de edad de los representantes diplomáticos de países extranjeros, debidamente acreditados en Cuba, así como los hijos de funcionarios y empleados no nativos, al servicio de embajadas, consulados y legaciones extranjeras.
SEGUNDO: Se prohíbe la enseñanza de menores de toda clase de disciplina basada en religiones, creencias o sectas.
TERCERO: La infracción de los preceptos comprendidos en la presente ley, así como cualquier maquinación encaminada a su incumplimiento, será considerada como delito contrarrevolucionario y de la competencia de los tribunales revolucionarios, y sancionable con la pena de 2 a 15 años, de acuerdo con la gravedad del delito.
Se derogan cuantas disposiciones legales y reglamentarias se opongan al cumplimiento de la presente ley, la que comenzará a regir el 1ro de enero de 1962, salvo lo dispuesto en la primera de las disposiciones transitorias, y quedando el Ministerio de Educación al cuidado de su aplicación y observancia.
Dado en el Palacio de la Presidencia, La Habana, 31 de agosto de 1961.
Fidel Castro Ruz
Primer Ministro
Dr. Osvaldo Dorticós Torrado
Presidente de la República”.
Es curioso que esta gente sabía que hoy posiblemente se iba a desenmascarar toda la patraña esa, lo sabía. Entonces, ¿qué empezaron a hacer hoy? Empezaron a regar que yo iba a decir hoy que esto no iba, pero que sí iba de verdad, y que iba entonces en enero (RISAS). Ellos sabían que la patraña se les caía hoy, ¿comprenden? Y entonces ya estaban preparándose para cuando toda esta patraña rodara por tierra.
46 años después, vuelven a usar el mismo texto.
Y yo que pensaba que la gente más original era la que se dedicaba a la propaganda...
Me llevó 30 minutos en Google encontrar ese texto y los primeros 29 fueron porque los desperdicié leyendo anteproyectos y declaraciones sobre la Ley Orgánica de Educación real... Ni bien puse una parte del articulado, saltó la referencia al discurso de Fidel.
Anexo
Ley de Nacionalización General y Gratuita de la Enseñanza de Cuba de 1961
domingo, 12 de agosto de 2007
La otra orilla
El gobierno uruguayo es una termocracia oriental.
Los uruguayos son el órgano de locomoción del termo.
Los uruguayos son el órgano de locomoción del termo.
sábado, 11 de agosto de 2007
La red se cierra
Y nos atrapa a mí y a Augusto Costhanzo.
Finalmente, luego de idas y vueltas después de los acontecimientos que relato en la entrada Red de redes, nos pudimos sentar cara a cara a almorzar.
Realmente, un momento genial y de gran disfrute personal. Y mutuo.
Muchas gracias, Augusto por el buen momento.
Ya nos veremos de nuevo, con otras almas perdidas y con ganas de seguir hablando de tantas cosas que apenas bocetamos.
Finalmente, luego de idas y vueltas después de los acontecimientos que relato en la entrada Red de redes, nos pudimos sentar cara a cara a almorzar.
Realmente, un momento genial y de gran disfrute personal. Y mutuo.
Muchas gracias, Augusto por el buen momento.
Ya nos veremos de nuevo, con otras almas perdidas y con ganas de seguir hablando de tantas cosas que apenas bocetamos.
jueves, 26 de julio de 2007
La manzana de Newton, la naranja de Darwin...
Ayer leí en el blog Ensayo y error de Valeria Román de Clarín la entrada El obispo, el mono y el bulldog.
Pensé que era sobre la campaña y los problemas del PRO en elegir candidato a presidente, pero no.
La parte principal dice los siguiente:
El acalorado cruce de comentarios sobre el aborto legal y seguro me recuerda al debate sobre la teoría de la evolución en el siglo XIX. El naturalista británico Charles Darwin publicó su teoría en 1859. El primer día que salió a la venta se compraron 1.250 libros y la polémica que se armó fue muy tensa.
Darwin había publicado evidencias científicas que demostraron que las especies cambian a lo largo del tiempo y que los simios tuvieron antepasados en común con los seres humanos.
Hay una metáfora anglosajona que dice más o menos, refiriéndose a las falsas analogías, "estás comparando manzanas con naranjas".
La idea es que las dos son frutas, pero ahí se acaba la similitud.
El artículo empieza con una analogía (de orden personal, debido al adecuado "me recuerda") entre dos debates, el de la evolución a fines del siglo XIX y el del aborto a principios del siglo XXI, que no tienen en común más que son debates y son acalorados.
Pero vamos por los temas de fondo primero.
La comunmente llamada "teoría" de la evolución no es tal. La evolución es un hecho científico, comprobado por el registro fósil y la observación directa de fenómenos evolutivos.
Si bien en la época de Darwin esto no era tan así, lo que él propone no es "la" teoría de la evolución, sino "una" teoría de la evolución, para explicar los mecanismos de la misma.
¿Cuál es la diferencia?
Usemos una analogía: que el sol sale todas las mañanas es un hecho científico comprobable. Ahora bien, yo puedo hipotetizar que se debe a que el Sol gira alrededor de la Tierra o a que la Tierra gira sobre su eje. Esas son dos teorías que explican los mecanismos del hecho científico de que el Sol sale a la mañana.
Ambas teorías pueden ser refutadas por medio de la observación astronómica. Una de las dos fue contrastada a favor con las observaciones tantas veces que a su vez se ha vuelto un hecho científico: la Tierra es la que gira.
Darwin lo que hace, entonces, es arriesgar una hipótesis de como es que funciona el hecho científico de la evolución. El propone, específicamente, un modelo de cambio al azar y selección natural para adaptarse a las condiciones locales. Esta es básicamente la teoría darwinista de la evolución, que por pereza convertimos en teoría de la evolución y así terminamos confundiendo el hecho (la evolución) con la teoría (el mecanismo darwinista de cambio aleatorio y selección natural).
Esto es básicamente donde estamos parados hoy. Existen teorías científicas de la evolución diferentes de la de Darwin, en su gran mayoría superadoras, como sucede con la "evolución" dentro de las ciencias.
¿Quiénes se opusieron a Darwin en su momento? Bueno, es evidente que muchos religiosos, pero la mayor oposición no vino de la iglesia (o las iglesias), sino de los mismos científicos de su época. Algunos porque rechazaban la evolución in toto, otros porque adherían a otros modelos evolutivos (lamarckianos, por ejemplo).
Lo mismo pasó con Galileo: por más que se ponga a la Inquisición como los malos, ellos sólo fueron los ejecutores de lo que pedían los colegas de Galileo (hay que notar, sin embargo, que en esa época la "investigación científica" no existía como tal y que los eruditos en todos los campos eran casi todos eclesiásticos. No se puede meter nuestro modelo con calzador en el pasado sin deformar el contexto).
¿Por qué se hace tanto hincapié, entonces, en los religiosos que se oponen/opusieron a las ideas científicas? Arriesgo dos razones: detenta(ba)n mucho poder sobre la opinión popular y sus fanáticos eran un blanco fácil de rebatir sin esforzarse intelectualmente, ergo, excelente material de propaganda de la ciencia (la propaganda tiende a simplificar las cosas para volverlas fácilmente digeribles, sin importar mucho si la verdad sale mal parada del intento).
Hoy por hoy, muchas religiones aceptan la evolución como un hecho, dejan la discusión de los mecanismos a los científicos (muchos de ellos religiosos, laicos y de los otros) y se dedican, en su gran mayoría, a discutir la metafísica del asunto, que es su campo.
Hay fundamentalistas que siguen negando los hechos, pero de ese tipo de gente hay en todos lados.
Así, el religioso (occidental y judeo-cristiano) puede preguntarse con toda propiedad cuándo (en qué punto de la evolución desde el primate primordial) el hombre recibe el alma y se vuelve, entonces, un sujeto de la "gracia divina".
No es un tema menor, ya que en esta pregunta metafísica reside mucho de la ética de nuestra cultura. Pero no es una pregunta científica.
Y acá es donde entroncamos con el debate sobre el aborto.
Se confunde un debate sobre un tema eminentemente científico con otro sobre ética.
Es más, la analogía en sí sugiere que hay una posición "científica" sobre el aborto y otra "religiosa" (en realidad, más bien "oscurantista"). Esas asociaciones simples, como decía antes, refiriéndome a la propaganda, funcionan en desmedro de la verdad. De hecho, son el material básico de la propaganda, pero ese es otro tema.
Sobre el tema del aborto hay dos preguntas científicamente válidas, pero engañosas en cuanto a sus consecuencias.
La primera es, ¿dónde empieza la vida?
La otra es, ¿dónde empieza la conciencia?
Son preguntas que no tienen respuesta clara y que están en los límites de la ciencia con la metafísica.
¿Tiene vida un prión? ¿Un virus? ¿Un óvulo fecundado?
Depende de dónde uno se pare, la respuesta para las tres puede ser si o no. Uno puede argumentar que, por ejemplo, un virus tiene vida al ser un organismo autónomo, mientras que un óvulo fecundado tiene vida en el mismo sentido que la sangre o las uñas, como parte de una entidad mayor, pero al no ser autónomo, no está vivo per se.
¿Cuándo empieza la conciencia?
Acá el asunto es más difícil aún: ¿nos volvemos totalmente deterministas (fundamentalistas científicos, me atrevería a decir) y consideramos que la potencialidad del individuo está absolutamente contenida en la mezcla única y prácticamente irrepetible de los genes del padre y de la madre en el óvulo fecundado? ¿O determinamos que la conciencia debe ser considerada otra cosa y depende de la capacidad de tener "conciencia de sí mismo", algo que se desarrolla a posteriori? ¿O suponemos conciente al ser vivo capaz de sufrir?
Mientras tanto, el gran dilema religioso es similar al de la evolución: ¿Cuándo entra el alma al cuerpo? ¿Cuándo se fecunda el óvulo? ¿En algún momento en el proceso embrionario? ¿Cuándo es bautizado?
¿Qué nos queda entonces, cuando en realidad la ciencia no aporta una respuesta, porque virtualmente el tema está fuera de su campo y se convierte en un problema ético?
Simple: tratar el debate como lo que es, un debate sobre ética.
No es un debate sobre hechos o teorías científicas, si no un debate sobre posiciones personales, éticas y morales.
Si hay algo que le hace mal a la ciencia y a la aceptación y uso popular del método científico es que la utilicen como argumento de autoridad en campos que le son ajenos: "es así porque la ciencia lo dice" es tan nefasto como "es así porque mi libro sagrado lo dice", o "es así porque Dios me lo dijo al oído".
Sí se debe aplicar la lógica al debate. Sí, hasta donde es posible, el método científico, que permite separar la proverbial paja del trigo.
Mi posición respecto al "debate sobre la evolución" me parece que es clara: estoy del lado de lo que se puede comprobar científicamente.
Mi posición respecto al aborto es simple: no estoy en contra.
Soy agnóstico, así que no suelo "creer" en las cosas. No tengo claro dónde empieza la conciencia, dónde la vida, dónde la responsabilidad de los unos por los otros.
Si tengo claro que todos los años muchas mujeres (y niñas) abortan en condiciones deplorables, con riesgo de su vida.
Así, aunque muy en el fondo no puedo dejar de ver el aborto como un asesinato, no creo que las prohibiciones sean la solución de nada, sino la educación. Pero para que la educación haga efecto hace falta primero contener el problema concreto hoy.
Hoy hay violaciones.
Hoy hay embarazos peligrosos para la madre.
Mientras como sociedad no resolvamos esos problemas (cosa que tal vez nunca podamos), no podemos darnos el lujo de tomar ciertas posiciones éticas mientras gente inocente (mujeres) muere.
Soy brutalmente pragmático con esto, aún contra lo que siento directamente como "lo correcto".
domingo, 15 de julio de 2007
Lo que dicen los otros II
Este párrafo no tiene nada que ver con mi visión del mundo, pero me provoca una ternura increíble:
William Paley - Natural Theology (citado en Ocho cerditos, de Stephen Jay Gould)
Las junturas alares de una tijereta, las articulaciones de sus antenas, se hallan tan extremadamente trabajadas que se diría que el Creador no tenía nada más que hacer. No se aprecian signos de una menor atención debida a la multiplicidad de objetos, ni tampoco de distracción del pensamiento debida a la variedad. Por lo tanto, no tenemos razones para temer que se nos olvide, se nos pase por alto o se nos descuide.
William Paley - Natural Theology (citado en Ocho cerditos, de Stephen Jay Gould)
martes, 10 de julio de 2007
Nevada mortal
¡Hágase amigo de los cascarudos!
¡Los gurbos están aquí para ayudarnos!
¡Los manos te dan una ídem!
Juan Salvo (versión 90s)
¡Los gurbos están aquí para ayudarnos!
¡Los manos te dan una ídem!
Juan Salvo (versión 90s)
domingo, 8 de julio de 2007
Sueños IV: La Premonición
"There are more things in heaven and earth, Horatio, Than are dreamt of in your philosophy."
William Shakespeare - Hamlet (I, v, 166-167)
Uno sueña con personas.
A veces, sueña con una persona específica.
Hace un par de semanas soñé con Silvina.
La situación era rara, como suele suceder en los sueños: estábamos en la casa de los padres de ella, que no era la casa de los padres de ella, y estaban sus padres, pero no se parecían a sus padres (sobre todo su madre, me recuerda, despierto, mucho más a la madre de Lucrecia). Yo tenía algún tipo de conversación o discusión con el padre. No recuerdo casi ningún detalle. De todos modos, creo que nunca le gusté al padre...
Pero eso es sólo un sueño. Lo raro viene cuando, despierto, Silvina se conecta al MSN después de un par de meses de no aparecer...
¿Fue el sueño una forma de precognición, de aviso de su reaparición?
Otra cosa interesante: en el momento en que chateé con ella, ni me acordé del sueño. Recién al lavarme los dientes antes de acostarme esa noche, recordé el asunto.
¿Qué es lo que pasó? ¿Son esos sueños sólo juegos de la memoria? ¿Errores en el archivado de los recuerdos? ¿El deja vú es algo parecido?
Misterio.
William Shakespeare - Hamlet (I, v, 166-167)
Uno sueña con personas.
A veces, sueña con una persona específica.
Hace un par de semanas soñé con Silvina.
La situación era rara, como suele suceder en los sueños: estábamos en la casa de los padres de ella, que no era la casa de los padres de ella, y estaban sus padres, pero no se parecían a sus padres (sobre todo su madre, me recuerda, despierto, mucho más a la madre de Lucrecia). Yo tenía algún tipo de conversación o discusión con el padre. No recuerdo casi ningún detalle. De todos modos, creo que nunca le gusté al padre...
Pero eso es sólo un sueño. Lo raro viene cuando, despierto, Silvina se conecta al MSN después de un par de meses de no aparecer...
¿Fue el sueño una forma de precognición, de aviso de su reaparición?
Otra cosa interesante: en el momento en que chateé con ella, ni me acordé del sueño. Recién al lavarme los dientes antes de acostarme esa noche, recordé el asunto.
¿Qué es lo que pasó? ¿Son esos sueños sólo juegos de la memoria? ¿Errores en el archivado de los recuerdos? ¿El deja vú es algo parecido?
Misterio.
sábado, 30 de junio de 2007
Resolucionando la mejora.
Puse en la entrada Tu modelo, mi modelo un video de La ciudad que huye de mejor resolución (espero).
sábado, 23 de junio de 2007
Lo que dicen los otros I
Las leyes de la mecánica cuántica, las leyes de la química, las leyes del metabolismo y las leyes de los conejos que huyen de los zorros en el patio de mi universidad se desprenden unas de otras, pero las últimas son las que, al fin y al cabo, cuentan para los conejos.
Robert B. Laughlin, Premio Nobel de Física 1998 (en un Un universo diferente)
Si la miseria de nuestros pobres no es causada por las leyes de la naturaleza, sino por nuestras instituciones, cuán grande es nuestro pecado.
Charles Darwin
Esta frase de Darwin es increíblemente hermosa en su simplicidad y tan revolucionaria políticamente como su trabajo en evolución lo fue científicamente.
Tu modelo, mi modelo.
A la vuelta de la esquina de un salto para atrás en mi ciudad, hacia un modelo bastante retrógrado, disfrazado de eficiente, me parece un buen momento para compartir un trabajo en el que estuve involucrado el año pasado, sobre el progreso urbanístico en Buenos Aires.
Hace mucho tiempo que me preocupa bastante como el fenómeno de los countries y barrios privados o simplemente exclusivos (y exclusivistas) impacta en el entramado social en que vivo.
Están empezando a surgir las primeras generaciones formadas en espacios de exclusividad, vedados a interacciones no utilitarias con miembros de otros espacios. Chicos que se criaron no sólo en colegios privados, sólo en contacto con otros chicos de su mismo nivel socio-económico, si no directamente en esta suerte de guetos para pudientes, tal vez con la misma clase de mentalidad sectaria que ya vimos históricamente surgir en los guetos usualmente pobres.
Por supuesto, la violencia será más sutil o disimulada, pero el quiebre con el resto de la sociedad no menos marcado.
No se, algo me suena terriblemente mal cuando miro para atrás y recuerdo mi propia educación estatal, de clase media, pero en contacto con gente de todo tipo, con la inclusividad como objetivo (nada de "colegio exclusivo, de nivel", como propalan los avisos para atraer clientes a dichos centros educativos. Ya desde el vamos: exclusivos y clientes, nada más alejado del ideal de formación ciudadana...).
Recuerdo pasar la tarde chapoteando en el barro de un conventillo jugando a los autitos con mis amigos y al caer la noche besuquearme tímidamente con mi noviecita, hija de un gerente de una "empresa líder". Todos recibiendo la misma educación, en la escuela y en la calle. Unos irían a la pileta del club y otros a la Pelopincho de la terraza, pero todos compartíamos los mismos códigos. Todos nos reíamos de las mismas cosas. Amábamos y odiábamos de la misma manera.
Ahora, no se que va a pasar. No creo en los Apocalipsis de ningún tipo. A todo nos adaptamos, como individuos, como sociedad o como especie. Pero no dejo de sentir que algo muy importante se está perdiendo. Algo que era bien nuestro y bien bueno.
Les dejo el cortito La ciudad que huye, de Lucrecia Martel, con quien charlamos mucho de todo esto mientras hacíamos este y otro laburo que quedó inconcluso.
Disfrútenlo. Pero, más que nada, piénsenlo.
Hace mucho tiempo que me preocupa bastante como el fenómeno de los countries y barrios privados o simplemente exclusivos (y exclusivistas) impacta en el entramado social en que vivo.
Están empezando a surgir las primeras generaciones formadas en espacios de exclusividad, vedados a interacciones no utilitarias con miembros de otros espacios. Chicos que se criaron no sólo en colegios privados, sólo en contacto con otros chicos de su mismo nivel socio-económico, si no directamente en esta suerte de guetos para pudientes, tal vez con la misma clase de mentalidad sectaria que ya vimos históricamente surgir en los guetos usualmente pobres.
Por supuesto, la violencia será más sutil o disimulada, pero el quiebre con el resto de la sociedad no menos marcado.
No se, algo me suena terriblemente mal cuando miro para atrás y recuerdo mi propia educación estatal, de clase media, pero en contacto con gente de todo tipo, con la inclusividad como objetivo (nada de "colegio exclusivo, de nivel", como propalan los avisos para atraer clientes a dichos centros educativos. Ya desde el vamos: exclusivos y clientes, nada más alejado del ideal de formación ciudadana...).
Recuerdo pasar la tarde chapoteando en el barro de un conventillo jugando a los autitos con mis amigos y al caer la noche besuquearme tímidamente con mi noviecita, hija de un gerente de una "empresa líder". Todos recibiendo la misma educación, en la escuela y en la calle. Unos irían a la pileta del club y otros a la Pelopincho de la terraza, pero todos compartíamos los mismos códigos. Todos nos reíamos de las mismas cosas. Amábamos y odiábamos de la misma manera.
Ahora, no se que va a pasar. No creo en los Apocalipsis de ningún tipo. A todo nos adaptamos, como individuos, como sociedad o como especie. Pero no dejo de sentir que algo muy importante se está perdiendo. Algo que era bien nuestro y bien bueno.
Les dejo el cortito La ciudad que huye, de Lucrecia Martel, con quien charlamos mucho de todo esto mientras hacíamos este y otro laburo que quedó inconcluso.
Disfrútenlo. Pero, más que nada, piénsenlo.
miércoles, 13 de junio de 2007
Sueños III
Una cosa sorprendente de algunos sueños es que generan una historia pasada propia.
De repente, el personaje que uno interpreta tiene recuerdos "nuevos", ya sea funcionales al sueño (como llegó a la situación en que está en ese momento, el presente soñado), o al "yo" de ese momento (una "vida" recordada paralela, completa o bifurcada en algún momento de la mía propia).
A eso hay que sumarle las historias de los otros personajes del sueño, que a veces se incluyen en la propia como experiencias pasadas compartidas, o incluso relatos recordados, además de la exposición directa de esos personajes.
Cuando veo todo esto, no puedo menos que hacerme la tan vieja pregunta, ¿cuántas vidas vivimos en sueños?
El marote humano (al menos este al que tengo acceso directo) es una caja de sorpresas.
De repente, el personaje que uno interpreta tiene recuerdos "nuevos", ya sea funcionales al sueño (como llegó a la situación en que está en ese momento, el presente soñado), o al "yo" de ese momento (una "vida" recordada paralela, completa o bifurcada en algún momento de la mía propia).
A eso hay que sumarle las historias de los otros personajes del sueño, que a veces se incluyen en la propia como experiencias pasadas compartidas, o incluso relatos recordados, además de la exposición directa de esos personajes.
Cuando veo todo esto, no puedo menos que hacerme la tan vieja pregunta, ¿cuántas vidas vivimos en sueños?
El marote humano (al menos este al que tengo acceso directo) es una caja de sorpresas.
sábado, 9 de junio de 2007
Dime cómo lees...
... y te diré cuán obsesivo eres...
Hay en el costado izquierdo de este blog una pequeña sección intitulada Estoy leyendo:, en donde informo a los visitantes cuáles son los libros que estoy leyendo en este momento (explico para los menos perspicaces, que siempre encuentran fascinación en las redundancias y las tautologías).
Pero ahí se esconde una pista de mis hábitos de lectura, y de mis obsesiones también.
En el momento en que escribo esto figuran La falsa medida del hombre, de Stephen Jay Gould, Números combinatorios y probabilidades, de Ricardo Miró y Don Quijote de la Mancha, de Cervantes. El primero es reciente, los otros dos, llevan mucho más tiempo, con el Quijote siendo casi un abonado vitalicio.
¿Soy un apasionado del Quijote que no para de leerlo, cuál Biblia para el creyente? No exactamente. Es sólo el subproducto de mi forma de leer: usualmente, leo simultáneamente un libro "gordo" y un libro "transportable".
El libro gordo es aquél que por sus caracterísitcas físicas (tamaño, peso, formato) no es cómodo para llevar en mi mochila y/o leer en el bondi. El transportable es el opuesto en características físicas.
Así, leo (¡Carajo! ¡Ya usé "usualmente" y "simultáneamente" en una oración!) habitualmente dos libros a la vez, preferentemente tratando que uno sea de ficción y el otro ensayo, aunque no es una característica excluyente. A veces leo asimismo algún libro o artículo en la red, mientras estoy en la compu haciendo otras cosas (hasta hace poco figuraba Mythos revisited: American Historians and German Fighting Power in the Second World War by Thomas E. Nutter).
Esto parece bastante ordenado, pero provoca algunos "desacoples". Los libros transportables, al ser generalmente más cortos, los leo más rápido, porque aparte en el bondi es donde más leo. A esto se le suma que si me entusiasmo con uno de los libros gordos, no lo voy a sacar de casa de todos modos, mientras que si me apasiona una de los transportables, lo leo en casa también.
El Quijote, por su tamaño y por la variedad de libros transportables buenos que he leído y (espero) me quedan para leer, se ha convertido en un abonado involuntario y permanente a la sección. No porque sea arduo o malo, que no lo es. Es muy divertido, pero tiene la imposibilidad física de competir contra un libro que puedo llevar a todos lados.
Un caso aparte es Números combinatorios y probabilidades. Es transportable, lo leí de un tirón, pero dejé de hacer muchos de los ejercicios que trae. Me propuse releerlo e ir haciendo los ejercicios, lo que lo convirtió en un libro no-transportable por factores no intrínsecos a su condición física. Encima, no consigo hacerme de la fuerza de voluntad de usar papel y lápiz para seguir los ejercicios de una vez por todas... Ni para recomenzar la lectura con esos elementos a mano.
En fin, una muestra más de la enajenación mental del que esto escribe... (que pasa a la tercera persona en una gambeta a la admisión de dicha condición).
Hay en el costado izquierdo de este blog una pequeña sección intitulada Estoy leyendo:, en donde informo a los visitantes cuáles son los libros que estoy leyendo en este momento (explico para los menos perspicaces, que siempre encuentran fascinación en las redundancias y las tautologías).
Pero ahí se esconde una pista de mis hábitos de lectura, y de mis obsesiones también.
En el momento en que escribo esto figuran La falsa medida del hombre, de Stephen Jay Gould, Números combinatorios y probabilidades, de Ricardo Miró y Don Quijote de la Mancha, de Cervantes. El primero es reciente, los otros dos, llevan mucho más tiempo, con el Quijote siendo casi un abonado vitalicio.
¿Soy un apasionado del Quijote que no para de leerlo, cuál Biblia para el creyente? No exactamente. Es sólo el subproducto de mi forma de leer: usualmente, leo simultáneamente un libro "gordo" y un libro "transportable".
El libro gordo es aquél que por sus caracterísitcas físicas (tamaño, peso, formato) no es cómodo para llevar en mi mochila y/o leer en el bondi. El transportable es el opuesto en características físicas.
Así, leo (¡Carajo! ¡Ya usé "usualmente" y "simultáneamente" en una oración!) habitualmente dos libros a la vez, preferentemente tratando que uno sea de ficción y el otro ensayo, aunque no es una característica excluyente. A veces leo asimismo algún libro o artículo en la red, mientras estoy en la compu haciendo otras cosas (hasta hace poco figuraba Mythos revisited: American Historians and German Fighting Power in the Second World War by Thomas E. Nutter).
Esto parece bastante ordenado, pero provoca algunos "desacoples". Los libros transportables, al ser generalmente más cortos, los leo más rápido, porque aparte en el bondi es donde más leo. A esto se le suma que si me entusiasmo con uno de los libros gordos, no lo voy a sacar de casa de todos modos, mientras que si me apasiona una de los transportables, lo leo en casa también.
El Quijote, por su tamaño y por la variedad de libros transportables buenos que he leído y (espero) me quedan para leer, se ha convertido en un abonado involuntario y permanente a la sección. No porque sea arduo o malo, que no lo es. Es muy divertido, pero tiene la imposibilidad física de competir contra un libro que puedo llevar a todos lados.
Un caso aparte es Números combinatorios y probabilidades. Es transportable, lo leí de un tirón, pero dejé de hacer muchos de los ejercicios que trae. Me propuse releerlo e ir haciendo los ejercicios, lo que lo convirtió en un libro no-transportable por factores no intrínsecos a su condición física. Encima, no consigo hacerme de la fuerza de voluntad de usar papel y lápiz para seguir los ejercicios de una vez por todas... Ni para recomenzar la lectura con esos elementos a mano.
En fin, una muestra más de la enajenación mental del que esto escribe... (que pasa a la tercera persona en una gambeta a la admisión de dicha condición).
domingo, 3 de junio de 2007
The Vago's Gym
Gimnasia para vagos. Eso es algo que se necesita urgente.
Porque no hay nada peor que ser vago y encima no soportar el "gym".
¿Hay algo más aburrido que el gimnasio?
Encima, el cuerpo después de los 30, que los vengo dejando atrás rápidamente, necesita un poco de movimiento o se vuelve una masa de dolores solidificados en diferentes posiciones.
Así que empecé un programa de gimnasia para vagos, en varias etapas: al fulbito de los lunes, que sólo contribuye en generar un pico de dolores los días inmediatamente posteriores, le voy agregando actividades que no me cuestan mucho,
La primera ha sido hacer honor semántico al ascensor de mi departamento y no usarlo para descender.
Después, forzar mi ritmo de caminata. Ya que camino unas 15 cuadras por día, aprovecharlas para poner el sistema aeróbico a laburar, sin transpirar.
Ahorita no más, jubilar el ascensor de mi departamento, salvo en casos de fuerza mayor, como las compras en el Coto. Siete pisos a buen ritmo al menos una vez por día. Los músculos de las piernas y los pulmones lo sienten.
Supongo que debería agregar algunos ejercicios de piso en casa... Pero eso es casi tan aburrido como el gimansio, aunque ver la cara con que me miran los gatos hace que pueda valer la pena. Ya lo veremos.
Porque no hay nada peor que ser vago y encima no soportar el "gym".
¿Hay algo más aburrido que el gimnasio?
Encima, el cuerpo después de los 30, que los vengo dejando atrás rápidamente, necesita un poco de movimiento o se vuelve una masa de dolores solidificados en diferentes posiciones.
Así que empecé un programa de gimnasia para vagos, en varias etapas: al fulbito de los lunes, que sólo contribuye en generar un pico de dolores los días inmediatamente posteriores, le voy agregando actividades que no me cuestan mucho,
La primera ha sido hacer honor semántico al ascensor de mi departamento y no usarlo para descender.
Después, forzar mi ritmo de caminata. Ya que camino unas 15 cuadras por día, aprovecharlas para poner el sistema aeróbico a laburar, sin transpirar.
Ahorita no más, jubilar el ascensor de mi departamento, salvo en casos de fuerza mayor, como las compras en el Coto. Siete pisos a buen ritmo al menos una vez por día. Los músculos de las piernas y los pulmones lo sienten.
Supongo que debería agregar algunos ejercicios de piso en casa... Pero eso es casi tan aburrido como el gimansio, aunque ver la cara con que me miran los gatos hace que pueda valer la pena. Ya lo veremos.
viernes, 18 de mayo de 2007
Red de redes
Ayer por fin pude conectarme con Augusto Costhanzo (ex-Costanzo).
Luego de un "Operativo de Reencuentro", como lo bautizó Augusto, que consistió en un mensaje secreto enviado a través de su blog con mis teléfonos (el simple truco de poner un comentario en una de sus entradas y borrarlo inmediatamente, con lo que en su mail quedó completo) y posterior llamado de Costhanzo dejándome su número telefónico en mi contestador, lo llamé desde mi trabajo.
Charlamos un rato, recordando historias y personajes de nuestro pasado en común y nuestro presente.
Y aquí empieza la trama de la red: me comenta Augus que conoce a Sean de MTV Miami. Y yo le digo que casualmente está en Buenos Aires, que lo llame a ver si lo encuentra.
Cortamos y yo me doy una vuelta por la oficina. Al rato, me lo cruzo a Sean que me cuenta que habló con Augusto y le digo que justo habíamos hablado después de tal vez una decena de años y que se dió la casualidad que se conocían, etc, etc.
Bueno, una coincidencia menor. Nada del otro mundo.
Pero hete aquí que me siento en mi lugar y Fepe (un muchacho cuyo nombre empieza con "F", cosa que, les comento al margen, hace que siempre confunda su nombre con otros nombres masculinos empezando por "F"... Un misterio de mi mente de mononeurona pendular), que se sienta habitualmente a mis espaldas, me dice que no pudo evitar escuchar la conversación y que dos nombres le llamaron poderosamente la atención: Marcelo Burello y Darío Lanis. Me preguntó si los conocía. Le conté someramente que eran parte del grupo en que conocí a Augusto y Fepe, para mi consternación (siempre quise usar esta palabra) resultó haber sido alumno (y admirador) de Marcelo y... sobrino político de Darío (sobrino de Carina, la Colo, ex de Darío. Aunque me cuenta Fepe que no es más "colo"). Bueno, ser alumno de Burello y cruzármelo no es tan sorprendente, por la naturaleza de mi trabajo y donde enseñaba Marcelo... Pero encima, ¡sobrino de Darío!. Para agregar más textura a la trama, Fepe me dice que una de las primeras cosas que se le ocurrió cuando me conoció es pensar que sería interesante que Marcelo y yo nos juntáramos a charlar... Y él ni siquiera se imaginaba que Darío y Marcelo se conocieran.
Inmediatamente lo llamé a Augusto por teléfono nuevamente y le conté la evolución de la historia.
Sorprendidos ambos, intentamos las explicaciones metafísicas del caso.
Veremos como se desarrolla esto y si llega en algún momento a la altura de mandárselo como propuesta de guión a Paul Thomas Anderson.
Luego de un "Operativo de Reencuentro", como lo bautizó Augusto, que consistió en un mensaje secreto enviado a través de su blog con mis teléfonos (el simple truco de poner un comentario en una de sus entradas y borrarlo inmediatamente, con lo que en su mail quedó completo) y posterior llamado de Costhanzo dejándome su número telefónico en mi contestador, lo llamé desde mi trabajo.
Charlamos un rato, recordando historias y personajes de nuestro pasado en común y nuestro presente.
Y aquí empieza la trama de la red: me comenta Augus que conoce a Sean de MTV Miami. Y yo le digo que casualmente está en Buenos Aires, que lo llame a ver si lo encuentra.
Cortamos y yo me doy una vuelta por la oficina. Al rato, me lo cruzo a Sean que me cuenta que habló con Augusto y le digo que justo habíamos hablado después de tal vez una decena de años y que se dió la casualidad que se conocían, etc, etc.
Bueno, una coincidencia menor. Nada del otro mundo.
Pero hete aquí que me siento en mi lugar y Fepe (un muchacho cuyo nombre empieza con "F", cosa que, les comento al margen, hace que siempre confunda su nombre con otros nombres masculinos empezando por "F"... Un misterio de mi mente de mononeurona pendular), que se sienta habitualmente a mis espaldas, me dice que no pudo evitar escuchar la conversación y que dos nombres le llamaron poderosamente la atención: Marcelo Burello y Darío Lanis. Me preguntó si los conocía. Le conté someramente que eran parte del grupo en que conocí a Augusto y Fepe, para mi consternación (siempre quise usar esta palabra) resultó haber sido alumno (y admirador) de Marcelo y... sobrino político de Darío (sobrino de Carina, la Colo, ex de Darío. Aunque me cuenta Fepe que no es más "colo"). Bueno, ser alumno de Burello y cruzármelo no es tan sorprendente, por la naturaleza de mi trabajo y donde enseñaba Marcelo... Pero encima, ¡sobrino de Darío!. Para agregar más textura a la trama, Fepe me dice que una de las primeras cosas que se le ocurrió cuando me conoció es pensar que sería interesante que Marcelo y yo nos juntáramos a charlar... Y él ni siquiera se imaginaba que Darío y Marcelo se conocieran.
Inmediatamente lo llamé a Augusto por teléfono nuevamente y le conté la evolución de la historia.
Sorprendidos ambos, intentamos las explicaciones metafísicas del caso.
Veremos como se desarrolla esto y si llega en algún momento a la altura de mandárselo como propuesta de guión a Paul Thomas Anderson.
miércoles, 9 de mayo de 2007
El hombre ilustrado
En mis recorridas entre papeles viejos buscando material para publicar en el blog, encontré, perdí y volví a encontrar una caricatura de mi persona, hecha por un ilustrador de la hostia.
Augusto Costhanzo, tal el animalito de Dios, cuyo blog y site honran mis listas de recomendados y/o amigos, me regaló este "arme su propio Ariel" en un cumpleaños sorpresa hace ya ¿13? años.
Fiesta organizada en el entonces activo "Planeta Cómic" por el Gordo Melella, en la logística, y Cecilia, que consiguió llevarme totalmente engañado y desprevenido.
Como toda fiesta absolutamente sorpresa de un esquizoide (característica personal que el dibujo que sigue sutilmente capta), fue un rejunte de amigos que nunca pensé ver al mismo tiempo, fue gente que ni me imaginaba y faltó gente que nadie imaginó que yo conocía.
En suma, me divertí, me sorprendí y hasta me emocioné. En algún momento agarré la mano de Ceci y nos fuimos.
Esto que sigue es una esquirla (pavada de esquirla) de aquella pequeña explosión emotiva y lejana etapa de mi vida (Days de Bowie en el iTunes, en random, mientras escribo esto).
Enjoy.
P.D., Augusto tuvo el buen tino de no firmarlo, con lo que evitó que su asesinato figurara alto en mi lista de prioridades en épocas de emergencia económica.
Augusto Costhanzo, tal el animalito de Dios, cuyo blog y site honran mis listas de recomendados y/o amigos, me regaló este "arme su propio Ariel" en un cumpleaños sorpresa hace ya ¿13? años.
Fiesta organizada en el entonces activo "Planeta Cómic" por el Gordo Melella, en la logística, y Cecilia, que consiguió llevarme totalmente engañado y desprevenido.
Como toda fiesta absolutamente sorpresa de un esquizoide (característica personal que el dibujo que sigue sutilmente capta), fue un rejunte de amigos que nunca pensé ver al mismo tiempo, fue gente que ni me imaginaba y faltó gente que nadie imaginó que yo conocía.
En suma, me divertí, me sorprendí y hasta me emocioné. En algún momento agarré la mano de Ceci y nos fuimos.
Esto que sigue es una esquirla (pavada de esquirla) de aquella pequeña explosión emotiva y lejana etapa de mi vida (Days de Bowie en el iTunes, en random, mientras escribo esto).
Enjoy.
P.D., Augusto tuvo el buen tino de no firmarlo, con lo que evitó que su asesinato figurara alto en mi lista de prioridades en épocas de emergencia económica.
domingo, 29 de abril de 2007
Mojado, llovido...
El miorrelajante que me recetaron para curar la espalda me detonó el sistema digestivo.
Encima, me resfríe...
¿Por qué siempre me pasan estas cosas en el fin de semana?
Igual, me escapé un rato al cumpleaños de una amiga el sábado a la noche... Y pasé el resto de la noche en el baño de mi departamento.
Encima, me resfríe...
¿Por qué siempre me pasan estas cosas en el fin de semana?
Igual, me escapé un rato al cumpleaños de una amiga el sábado a la noche... Y pasé el resto de la noche en el baño de mi departamento.
miércoles, 25 de abril de 2007
Lesionado
El lunes me jodí la espalda jugando al fútbol.
Algo así como una contractura refleja lumbar. "Bruta" fue la adjetivación del traumatólogo, si mal no recuerdo.
Realmente, el dolor no es tan problemático como la forma ridícula en que debo moverme.
En fin, ya tengo lesiones de viejo...
Algo así como una contractura refleja lumbar. "Bruta" fue la adjetivación del traumatólogo, si mal no recuerdo.
Realmente, el dolor no es tan problemático como la forma ridícula en que debo moverme.
En fin, ya tengo lesiones de viejo...
Subverting The Shire and Other Anarchist Thoughts
I'm a big sci-fi and fantasy fan.
But with a taste. Don't try to make me buy any of the fandom stuff, but you'll find for sure in me a good public for intelligent (at least, I hope it sounds intelligent for others too) discussion on the genres.
On that vein, I found two funny and intelligent articles by Michael Moorcock discussing some issues on both genres.
I don't share all the points he made, but he sure made some good ones.
These are the links:
Starship Stormtroopers
Epic Pooh
Enjoy.
Also, there is online a seemly interesting and huge essay on Ursula K. Le Guin's works:
Coyote's Song: The Teaching Stories of Ursula K. Le Guin by Richard D. Erlich.
I'm slowly reading through it. I have no opinion on it yet, other than it seems to cover everything Le Guin wrote.
But with a taste. Don't try to make me buy any of the fandom stuff, but you'll find for sure in me a good public for intelligent (at least, I hope it sounds intelligent for others too) discussion on the genres.
On that vein, I found two funny and intelligent articles by Michael Moorcock discussing some issues on both genres.
I don't share all the points he made, but he sure made some good ones.
These are the links:
Starship Stormtroopers
Epic Pooh
Enjoy.
Also, there is online a seemly interesting and huge essay on Ursula K. Le Guin's works:
Coyote's Song: The Teaching Stories of Ursula K. Le Guin by Richard D. Erlich.
I'm slowly reading through it. I have no opinion on it yet, other than it seems to cover everything Le Guin wrote.
sábado, 21 de abril de 2007
Mieditus Papa
Si, le tengo miedo a Benedicto XVI.
Y no por su oscuro pasado tal vez nazi, o su brutal conservadurismo fundamentalista (en eso me dan más miedo Bush y Ahmadineyad), si no porque me da miedo y punto.
Veo la foto de Ratzinger y siento que se me erizan los pelitos de la espalda... Un sentimiento instintivo e irracional, tal vez implantado en algún punto de la evolución para prevenirnos de quién sabe que enemigo natural (o sobrenatural) del humano.
No se, al menos el iraní y el yankee parecen personas normales en las fotos: Ahmadineyad se ve como el tío canchero que uno descubre peligroso cuando te lleva a la cancha y se agarra a piñas con la barrabrava contraria. Y Bush parece uno de esos buenazos medio tontos, que si no fuera presidente te tocaría timbre el domingo a la mañana para venderte Atalaya.
Pero Ratzinger... Parece un ser corrupto por milenios de maldad... Parece el Emperador Palpatine de Star Wars...
Parece la imagen que uno tiene de un pedófilo o un vampiro... No cualquiera, si no ese que es el summun de su especie o pathos.
En fin, termino tratando de racionalizar mi miedo.
No es nada de eso, seguramente. Es simple miedo puro, mientras vuelve el Infierno y se va el Limbo.
Y no por su oscuro pasado tal vez nazi, o su brutal conservadurismo fundamentalista (en eso me dan más miedo Bush y Ahmadineyad), si no porque me da miedo y punto.
Veo la foto de Ratzinger y siento que se me erizan los pelitos de la espalda... Un sentimiento instintivo e irracional, tal vez implantado en algún punto de la evolución para prevenirnos de quién sabe que enemigo natural (o sobrenatural) del humano.
No se, al menos el iraní y el yankee parecen personas normales en las fotos: Ahmadineyad se ve como el tío canchero que uno descubre peligroso cuando te lleva a la cancha y se agarra a piñas con la barrabrava contraria. Y Bush parece uno de esos buenazos medio tontos, que si no fuera presidente te tocaría timbre el domingo a la mañana para venderte Atalaya.
Pero Ratzinger... Parece un ser corrupto por milenios de maldad... Parece el Emperador Palpatine de Star Wars...
Parece la imagen que uno tiene de un pedófilo o un vampiro... No cualquiera, si no ese que es el summun de su especie o pathos.
En fin, termino tratando de racionalizar mi miedo.
No es nada de eso, seguramente. Es simple miedo puro, mientras vuelve el Infierno y se va el Limbo.
miércoles, 18 de abril de 2007
Pequeño agregado a la entrada Kosmogonikon
Agregué el siguiente texto en la entrada Kosmogonikon
Retomando el tema de la cosmovisión científica (o pseudo-científica en mi caso) como resultado de una cosmovisión cultural previa, debo decir que la idea de Ouróboros siempre me fascinó, al punto de juguetear con la idea de tatuármelo (y no tengo ningún tatuaje, hasta donde yo veo), y evidentemente tiene una influencia sobre este modelo que propongo.
lunes, 16 de abril de 2007
A fuego lento
Por supuesto, Olaf no tenía que estar ahí, acostado en ese camastro de ese compartimiento, pero estos son los hechos.
El compartimiento en sí era una peculiaridad del buque: estaba en la cubierta "C" de pasajeros, la más baja, casi al nivel de la línea de flotación, donde era usual que las olas llegaran a tapar los ojos de buey de los camarotes, pero separado de estos por un mamparo. Inútil para pasajeros por su falta de servicios, era estanco, cerrado por una pesada compuerta de seguridad y tan próximo a la proa que el agua de mar de la estela era casi lo único visible por el único ojo de buey. Tenía un gemelo en la banda de estribor, ambos tal vez producto de un presupuesto inflado. Los llamaban "las celdas del Sundance".
Olaf había sido descubierto por el segundo oficial durmiendo durante su guardia en la sala de máquinas. En el Sundance de la Bahamas Nordic Lines, navegando por el Báltico en invierno, rumbo a un dique seco de Suecia para hacer una limpieza de casco, cerca de los motores era el único lugar lo suficientemente cálido como para dormir cómodo. Al segundo oficial Rasmussen esta explicación no lo satisfizo, así que mandó a Olaf a limpiar las chimeneas, donde seguramente el frío, aproximadamente diez grados bajo cero marcaba el termómetro, y las rachas de viento no lo dejarían dormir.
Viejo lobo de mar, Olaf, sabiendo que Rasmussen no saldría a cubierta con ese clima, tomó una decisión. La última de su vida: se metió en la "celda" de babor, trabó la puerta y se acostó a dormir.
No lo despertó la explosión (ruidos fuertes se escuchan todo el tiempo en un barco vacío), si no la reverberación apenas audible que la siguió. La temperatura se hizo repentinamente soportable, hasta agradable. Dándose cuenta de lo extraño de la situación, Olaf corrió hacia la escotilla. Cuando la tocó, estaba sospechosamente cálida.
- ¡Mierda! -, dijo Olaf, mientras por su cabeza pasaban los horribles relatos de incendios en barcos y su pulso se aceleraba. Con las manos mojadas, empezó a girar la rueda que accionaba las trabas de la escotilla.
Goteando transpiración (por suerte), abrió la compuerta de un tirón.
Vio un relámpago de luz naranja y negra y azul. Y ya no vio más.
Oyó el rugido del aire caliente entrando en el camarote.
Sintió el impacto de algo caliente que lo rodeaba, que le empujaba la cara.
Olió su pelo chamuscado. El humo entró en sus pulmones y dejó de oler.
Saltó hacia atrás por reflejo, pataleando y manoteando para cerrar la puerta. Un talonazo afortunado bastó.
Se arrastró bajo el camastro y ahí quedó acurrucado en posición fetal, tosiendo, agregando humo a la atmósfera con cada exhalación. El corazón corría una carrera frenética para explotar al máximo el escaso oxígeno que pasaba de los pulmones a la sangre.
Pensado para el Caribe, la calefacción del Sundance no era su fuerte, pero la ventilación era excelente y hacía tiempo que el termostato ya la había activado, contra todo protocolo de seguridad. En unos minutos ya no había humo en la "celda". Tampoco en los pulmones de Olaf, que lentamente recuperaba la calma.
Un dolor intenso le atenazaba la cara y las manos y ahora empezaba a oler a carne quemada, dulce a través del agrio olor del pelo quemado.
Con un gemido, abrió los ojos...
Con un gemido, creyó abrir los ojos: el izquierdo estaba tapado por un coágulo de sangre, pus y piel quemada... El derecho chorreaba como gelatina sobre lo que había sido el pómulo, abriéndose paso por los párpados, que se habían apergaminado y abierto hacia arriba y hacia abajo. Curiosamente, la ceja izquierda estaba tan tupida como siempre.
La cara... ya no tenía cara.
Por suerte, Olaf estaba ciego y no podía verse. Ni tocarse: sus manos estaban despellejadas y era muy poco probable que las terminales nerviosas le transmitieran otra cosa que dolor. Las que no estuvieran calcinadas.
- ¡Dios mío! ¡No! - gimió Olaf. Sus lagrimales secretaron algo de frescura por el infierno de su cara.
Se arrastró hasta salir de abajo de la cucheta y, apoyándose con las manos sobre el colchón (lo que lo hizo gritar), consiguió levantarse.
El dolor lo aturdía. El olor lo mareaba.
La temperatura subía lenta pero constantemente. Parado en el medio del cuartucho, Olaf transpiraba cada vez más. Jadeaba, el aire le faltaba.
- ¡Maldita sea! ¿Por qué? ¿Por qué?
Perdida la orientación, con las manos hacia adelante, tanteando, se movió hacia la pared que no quería, en la que la pintura ya estaba ampollándose.
Apoyó las manos en la pared y siguió empujando. Ya no podía sentir más dolor. Al menos, no con las manos.
Se dio cuenta de que no iba en la dirección correcta porque se le hizo agua a la boca: carne asada.
- ¡Aaaarrrgggh! -. Gritando, corrió alejándose de la pared, tropezó con la cama y voló al otro lado del cuarto. El frío contacto con el frío metal que lo separaba del mar helado tranquilizó el golpeteo irregular de su pecho.
Lloró abundantemente, lo que no le sirvió de nada, pero lo ayudó un montón.
Oía como crepitaba la pintura al reventar las ampollas que se habían formado. Los ejes de los mecanismos de la puerta que pasaban al otro lado estaban brillando levemente rojos, con cierta belleza perversa, aunque esto Olaf nunca lo sabría.
El bamboleo del barco aumentó su frecuencia, señal de que aceleraba. El agua tapaba casi constantemente el ojo de buey.
"Por lo menos no reventaron las máquinas", pensó Olaf, consolándose un poco.
Lentamente, tambaleándose, volvió a pararse, con la espalda pegada a la pared. Dolorosamente, empezó a desvestirse. Las manos no le respondían, ni le daban señas confiables de lo que tocaban y tenía que sacarse. Por lo menos, los dos pullóveres, el buzo, el pantalón, el pantalón de jogging y el calzoncillo largo para estar cómodo. Las partes del cuerpo que las llamas no habían tocado ya se estaban enrojeciendo.
Para cuando terminó con la parte superior de la ropa y sólo tenía una remera, mientras se bajaba los pantalones hasta las rodillas, el Sundance comenzó a girar a estribor, inclinándose para ese lado.
Olaf rodó sobre su hombro y fue a dar con la espalda contra la escotilla.
La remera se prendió fuego inmediatamente. La espalda se le carbonizó, con los poros supurando desesperadamente líquidos que sólo alcanzaban a vaporizarse inútilmente. El grito debió haber atravesado tres cubiertas, pero era muy poco probable que hubiera alguien lo suficientemente desocupado como para oírlo.
Dios debía de estar desocupado, porque el Sundance giró a babor y al escorar envió a Olaf contra la pared exterior, desvanecido.
Giraban a toda máquina y las olas de proa tapaban el ojo de buey todo el tiempo. El metal hacía extraños ruidos al dilatarse.
Cuando Olaf despertó por segunda vez, toda su piel se estaba ampollando.
Deseó no haber despertado nunca. Gritó.
Gritó en tres idiomas pidiendo auxilio y en siete puteando. Y en sueco rezó y lloró.
Al fin, volvió a decidir, sin saber que ya lo había hecho.
A pesar de su estado lamentable, se paró y se dirigió orgullosamente, aunque tanteando, hacia la entrada.
Cuando sus manos tocaron la puerta, fue el siseo lo que le indicó que había llegado. Movió las manos paralelas a la escotilla hasta que encontró la rueda del mecanismo de apertura.
Su idea era aspirar una única y última bocanada de fuego que le abrasara los pulmones.
Junto valor y aferró fuertemente la rueda.
El siseo y el olor se volvieron insoportables. Olaf hizo una mueca monstruosa. El dolor llegó a su punto máximo.
Y la rueda no se movió...
Olaf la soltó con un grito.
Trató otra vez y nada. La carne de sus manos se estaba carbonizando.
- ¡Maldita puerta! ¡Maldito Dios! ¡A la mierda con todos! - Olaf gritaba y pateaba las paredes, la escotilla, la cama y todo otra vez, en una danza grotesca.
Patinó en el jugo que manaba de su carne y cayó sentado.
Rió.
Carcajada tras carcajada, no se tomaba tiempo ni para respirar.
Excitado.
Frenético, se sacó uno de los zapatos reforzados y con él en la mano voló más que corrió hacia el vidrio en el que el agua helada del Báltico golpeaba una y otra vez.
Uno.
Dos.
¡Tres! golpes.
El Sundance, a toda máquina, hundió la proa en una ola.
En ese momento, la sola diferencia de temperatura hubiera bastado para reventar el vidrio.
El agua entró a borbotones, a dos grados bajo cero de temperatura.
El corazón de Olaf se lanzó en una última y fugaz carrera. Oyó, todavía, como el agua se convertía en vapor.
Por supuesto, el paro cardíaco fue la una muerte menos cruel.
¿No te parece, Stephen?
Ariel
1990
El compartimiento en sí era una peculiaridad del buque: estaba en la cubierta "C" de pasajeros, la más baja, casi al nivel de la línea de flotación, donde era usual que las olas llegaran a tapar los ojos de buey de los camarotes, pero separado de estos por un mamparo. Inútil para pasajeros por su falta de servicios, era estanco, cerrado por una pesada compuerta de seguridad y tan próximo a la proa que el agua de mar de la estela era casi lo único visible por el único ojo de buey. Tenía un gemelo en la banda de estribor, ambos tal vez producto de un presupuesto inflado. Los llamaban "las celdas del Sundance".
Olaf había sido descubierto por el segundo oficial durmiendo durante su guardia en la sala de máquinas. En el Sundance de la Bahamas Nordic Lines, navegando por el Báltico en invierno, rumbo a un dique seco de Suecia para hacer una limpieza de casco, cerca de los motores era el único lugar lo suficientemente cálido como para dormir cómodo. Al segundo oficial Rasmussen esta explicación no lo satisfizo, así que mandó a Olaf a limpiar las chimeneas, donde seguramente el frío, aproximadamente diez grados bajo cero marcaba el termómetro, y las rachas de viento no lo dejarían dormir.
Viejo lobo de mar, Olaf, sabiendo que Rasmussen no saldría a cubierta con ese clima, tomó una decisión. La última de su vida: se metió en la "celda" de babor, trabó la puerta y se acostó a dormir.
No lo despertó la explosión (ruidos fuertes se escuchan todo el tiempo en un barco vacío), si no la reverberación apenas audible que la siguió. La temperatura se hizo repentinamente soportable, hasta agradable. Dándose cuenta de lo extraño de la situación, Olaf corrió hacia la escotilla. Cuando la tocó, estaba sospechosamente cálida.
- ¡Mierda! -, dijo Olaf, mientras por su cabeza pasaban los horribles relatos de incendios en barcos y su pulso se aceleraba. Con las manos mojadas, empezó a girar la rueda que accionaba las trabas de la escotilla.
Goteando transpiración (por suerte), abrió la compuerta de un tirón.
Vio un relámpago de luz naranja y negra y azul. Y ya no vio más.
Oyó el rugido del aire caliente entrando en el camarote.
Sintió el impacto de algo caliente que lo rodeaba, que le empujaba la cara.
Olió su pelo chamuscado. El humo entró en sus pulmones y dejó de oler.
Saltó hacia atrás por reflejo, pataleando y manoteando para cerrar la puerta. Un talonazo afortunado bastó.
Se arrastró bajo el camastro y ahí quedó acurrucado en posición fetal, tosiendo, agregando humo a la atmósfera con cada exhalación. El corazón corría una carrera frenética para explotar al máximo el escaso oxígeno que pasaba de los pulmones a la sangre.
Pensado para el Caribe, la calefacción del Sundance no era su fuerte, pero la ventilación era excelente y hacía tiempo que el termostato ya la había activado, contra todo protocolo de seguridad. En unos minutos ya no había humo en la "celda". Tampoco en los pulmones de Olaf, que lentamente recuperaba la calma.
Un dolor intenso le atenazaba la cara y las manos y ahora empezaba a oler a carne quemada, dulce a través del agrio olor del pelo quemado.
Con un gemido, abrió los ojos...
Con un gemido, creyó abrir los ojos: el izquierdo estaba tapado por un coágulo de sangre, pus y piel quemada... El derecho chorreaba como gelatina sobre lo que había sido el pómulo, abriéndose paso por los párpados, que se habían apergaminado y abierto hacia arriba y hacia abajo. Curiosamente, la ceja izquierda estaba tan tupida como siempre.
La cara... ya no tenía cara.
Por suerte, Olaf estaba ciego y no podía verse. Ni tocarse: sus manos estaban despellejadas y era muy poco probable que las terminales nerviosas le transmitieran otra cosa que dolor. Las que no estuvieran calcinadas.
- ¡Dios mío! ¡No! - gimió Olaf. Sus lagrimales secretaron algo de frescura por el infierno de su cara.
Se arrastró hasta salir de abajo de la cucheta y, apoyándose con las manos sobre el colchón (lo que lo hizo gritar), consiguió levantarse.
El dolor lo aturdía. El olor lo mareaba.
La temperatura subía lenta pero constantemente. Parado en el medio del cuartucho, Olaf transpiraba cada vez más. Jadeaba, el aire le faltaba.
- ¡Maldita sea! ¿Por qué? ¿Por qué?
Perdida la orientación, con las manos hacia adelante, tanteando, se movió hacia la pared que no quería, en la que la pintura ya estaba ampollándose.
Apoyó las manos en la pared y siguió empujando. Ya no podía sentir más dolor. Al menos, no con las manos.
Se dio cuenta de que no iba en la dirección correcta porque se le hizo agua a la boca: carne asada.
- ¡Aaaarrrgggh! -. Gritando, corrió alejándose de la pared, tropezó con la cama y voló al otro lado del cuarto. El frío contacto con el frío metal que lo separaba del mar helado tranquilizó el golpeteo irregular de su pecho.
Lloró abundantemente, lo que no le sirvió de nada, pero lo ayudó un montón.
Oía como crepitaba la pintura al reventar las ampollas que se habían formado. Los ejes de los mecanismos de la puerta que pasaban al otro lado estaban brillando levemente rojos, con cierta belleza perversa, aunque esto Olaf nunca lo sabría.
El bamboleo del barco aumentó su frecuencia, señal de que aceleraba. El agua tapaba casi constantemente el ojo de buey.
"Por lo menos no reventaron las máquinas", pensó Olaf, consolándose un poco.
Lentamente, tambaleándose, volvió a pararse, con la espalda pegada a la pared. Dolorosamente, empezó a desvestirse. Las manos no le respondían, ni le daban señas confiables de lo que tocaban y tenía que sacarse. Por lo menos, los dos pullóveres, el buzo, el pantalón, el pantalón de jogging y el calzoncillo largo para estar cómodo. Las partes del cuerpo que las llamas no habían tocado ya se estaban enrojeciendo.
Para cuando terminó con la parte superior de la ropa y sólo tenía una remera, mientras se bajaba los pantalones hasta las rodillas, el Sundance comenzó a girar a estribor, inclinándose para ese lado.
Olaf rodó sobre su hombro y fue a dar con la espalda contra la escotilla.
La remera se prendió fuego inmediatamente. La espalda se le carbonizó, con los poros supurando desesperadamente líquidos que sólo alcanzaban a vaporizarse inútilmente. El grito debió haber atravesado tres cubiertas, pero era muy poco probable que hubiera alguien lo suficientemente desocupado como para oírlo.
Dios debía de estar desocupado, porque el Sundance giró a babor y al escorar envió a Olaf contra la pared exterior, desvanecido.
Giraban a toda máquina y las olas de proa tapaban el ojo de buey todo el tiempo. El metal hacía extraños ruidos al dilatarse.
Cuando Olaf despertó por segunda vez, toda su piel se estaba ampollando.
Deseó no haber despertado nunca. Gritó.
Gritó en tres idiomas pidiendo auxilio y en siete puteando. Y en sueco rezó y lloró.
Al fin, volvió a decidir, sin saber que ya lo había hecho.
A pesar de su estado lamentable, se paró y se dirigió orgullosamente, aunque tanteando, hacia la entrada.
Cuando sus manos tocaron la puerta, fue el siseo lo que le indicó que había llegado. Movió las manos paralelas a la escotilla hasta que encontró la rueda del mecanismo de apertura.
Su idea era aspirar una única y última bocanada de fuego que le abrasara los pulmones.
Junto valor y aferró fuertemente la rueda.
El siseo y el olor se volvieron insoportables. Olaf hizo una mueca monstruosa. El dolor llegó a su punto máximo.
Y la rueda no se movió...
Olaf la soltó con un grito.
Trató otra vez y nada. La carne de sus manos se estaba carbonizando.
- ¡Maldita puerta! ¡Maldito Dios! ¡A la mierda con todos! - Olaf gritaba y pateaba las paredes, la escotilla, la cama y todo otra vez, en una danza grotesca.
Patinó en el jugo que manaba de su carne y cayó sentado.
Rió.
Carcajada tras carcajada, no se tomaba tiempo ni para respirar.
Excitado.
Frenético, se sacó uno de los zapatos reforzados y con él en la mano voló más que corrió hacia el vidrio en el que el agua helada del Báltico golpeaba una y otra vez.
Uno.
Dos.
¡Tres! golpes.
El Sundance, a toda máquina, hundió la proa en una ola.
En ese momento, la sola diferencia de temperatura hubiera bastado para reventar el vidrio.
El agua entró a borbotones, a dos grados bajo cero de temperatura.
El corazón de Olaf se lanzó en una última y fugaz carrera. Oyó, todavía, como el agua se convertía en vapor.
Por supuesto, el paro cardíaco fue la una muerte menos cruel.
¿No te parece, Stephen?
Ariel
1990
sábado, 14 de abril de 2007
Todo es relativo: la supervivencia del más fuerte.
Si hay algo que agradezco constantemente es que haya científicos que dejan de lado la investigación y se dedican a la divulgación.
Vivimos en un universo fascinante al cual la investigación científica trata de entender cada día más y ese entendimiento se especializa más cada día y escapa otro poco de nuestro alcance. Del nuestro como no-científicos y del alcance de científicos especializados en otras áreas. Nunca va a haber demasiados libros, documentales o programas de TV dedicados al tema.
El filósofo natural que podía tener una idea de todo el conocimiento sobre la naturaleza murió con el siglo XVIII, décadas más, décadas menos.
Por eso, estos divulgadores son tan importantes para ponernos en contacto con el universo y tener una imagen de la realidad al menos aproximada a la que se tiene en los límites del conocimiento en todas las áreas.
Aunque me parece mucho más importante el contacto que permite al "común de la gente" con el método científico, una herramienta de pensamiento crítico poderosísima y muchas veces lamentablemente peleada con el tan exageradamente ponderado "sentido común", que, como dice mi madre, es el más común de los sentidos.
Como siempre, ya empiezo a divagar en la introducción y corro el riesgo de hacerla más larga que el asunto...
Así que, al grano.
Gracias a internet llevo años participando en foros de todo tipo en inglés y castellano (además de mi experiencia con personas "reales", que la tengo, aunque no lo parezca) donde encuentro gente muy inteligente haciendo uso de expresiones aparentemente ligadas a un conocimiento científico, producto de la divulgación que tanto alabé antes, pero que son tergiversadas de un modo u otro en formas peligrosas.
Una de las más comunes y aparentemente más inofensivas es el usual "todo es relativo". A veces, precedido o seguido por un autoritativo "como dijo/decía Einstein".
Usar la frase "revolverse en la tumba" parece apropiado... El pobre Einstein pasó su vida tratando de encontrar constantes y sistemas que permitieran desmadejar el intríngulis de sucesos relativos para verlos más allá de su circunstancia espacio/temporal. De esto se trata la Teoría de la Relatividad Especial.
De hecho, la Relatividad Especial se basa en un absoluto, la constante c, que es la velocidad de la luz, igual para todos los observadores, independientemente de su situación espacio/temporal.
Pero veamos aparte la frase en sí: todo es relativo. Simplemente, es una paradoja lógica, similar a la paradoja de Russell. "Todo" es un absoluto, ergo no es "relativo". Si "algo" ("todo") es absoluto, entonces, la frase "todo es relativo" es falsa.
Si uno debiera trazar el origen conceptual de esta frase ya casi parte del "sentido común", hay que irse a la antropología y el Relativismo Cultural, que asimismo es una herramienta de trabajo, pero, en uno de esos casos de polinización cruzada que terminan creando una especie de monstruo, de algún modo fue legitimada por el parecido fonético con la teoría física y expandida más allá de su campo a un estadio ideológico de dudosa legitimidad ética. No es lo mismo justificar el "todo es relativo" con una referencia a un ignoto antropólogo cultural que invocando el nombre de Einstein.
El efecto que este tipo de re-interpretaciones simplistas y hasta falseadas de los conceptos de las ciencias "respetables" tienen en las ciencias sociales hasta el día de hoy es impactante, como con mucho humor demostró Alan Sokal, en su famoso "escándalo". No puedo dejar pasar la oportunidad de recomendar la lectura de su libro Imposturas Intelectuales, producto del susodicho escándalo, tan gracioso como devastador.
Pero tal vez la más horrible, en todo sentido, interpretación libre de una teoría científica aplicada al campo social se da con la Teoría de la Evolución de Darwin, basada en el principio de selección natural.
Inmediatamente se tornó la "supervivencia del más apto" en la "supervivencia del más fuerte" y se creó el "darwinismo social", virtual justificación "científica" para todas las expansiones racistas (imperialismo británico, Manifest Destiny, hasta Mein Kampf) desde que Spencer leyó a Lamarck (no a Darwin), antes de que El orígen de las especies fuera publicado.
Porque el mal llamado "darwinismo social" es simplemente la filosofía evolucionista de Spencer, con ropaje de autoridad prestado por Darwin. Prestado muy a regañadientes, ya que la supuesta teoría de la evolución científica en que se basa es la del lamarckismo, como decía antes, que está conceptualmente en las antípodas de la de Darwin y fue completamente desacreditada exactamente por el darwinismo (salvo en la URSS de Stalin, que se aferró a ellas a través de Lysenko, con resultados desastrosos para el país).
Aunque la tentación es grande, no voy a entrar en detalles de como esta tergiversación puede ser refutada con el propio Darwin. Recomiendo un texto ejemplar (como todos, me atrevo a decir) de Stephen Jay Gould, El tajo más cruelísimo de todos, que se encuentra en su libro Un dinosaurio en un pajar, donde se dedica a destrozar Mein Kampf.
Es todo un tema ver como algo que es sumamente positivo, como la divulgación científica, se puede volver un modo de justificación de las cosas más peregrinas, desde lo más inocente hasta lo más nefasto.
Me deja pensando que así como el cross-breeding entre ciencias de un modo poco riguroso produce esos pequeños y grandes monstruos, lo mismo pasa cuando este saber mal digerido se mezcla con el sentido común. Entonces, tal vez, lo que realmente falta, más que la información científica a nivel lego, es una formación científica un poco mejor del ciudadano. Se necesita gente que cuestione el sentido común, con bases sólidas en el método científico. Que cuestione sus propias creencias, para descartarlas si son falsas o reforzarlas si parten de algo honesto.
Lo que es una excelente apertura para hablar sobre la falsa pelea entre ciencia y religión... Pero mejor dejarlo para otra vez...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)