Amazon lanza el 19 de octubre la versión internacional de
Kindle.
Alrededor de 300.000 títulos inglés, muchos de ellos a bajo precio (aunque en muchos casos no tan bajo como para reemplazar una buena edición en papel en castellano), son tentadores.
Pero, lo más importante, es que es relativamente fácil subir un libro propio en formato e-book a la
Amazon Digital Text Platform (la parte jorobada es la obligación de tener una cuenta bancaria en los Estados Unidos para cobrar los dividendos), con lo que se podrían subir textos en español que se bajarían en los países hispanoparlantes adheridos (hasta ahora, aunque no los chequeé todos, me parece que sólo quedan afuera Chile y Argentina. España, México, Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia, Venezuela y Colombia están incluídos, por ejemplo).
Me parece un medio muy interesante para mover esa novela que nadie quiso publicar, o que está fuera de imprenta, o ese relato que es muy largo para cuento y no llega a novela y duerme en el cajón.
Se pueden poner precios entre 0,99 y 200 dólares y se percibe el 35% del precio de lista por ejemplar bajado, no importa si
Amazon ofrece algún descuento.
No creo que a
Amazon le interese, pero si encontraran el modo de acreditar los pagos a autores y editoriales de todo el mundo, no hay duda que se removería el principal obstáculo para encarar proyectos e-ditoriales independientes muy interesantes, con un mercado vastísimo en relación con lo que se puede proyectar en términos locales.
¿El futuro? Si este servicio internacional se hace extensivo a la aplicación
Kindle para iTunes, no hay duda de mi parte.