Veo su cara en la almohada.
Aún dormida, parece enojada.
Y es la cara de una niña.
Que sueña que es mujer cada vez que despierta.
Por eso está enojada.
Por eso odia despertar.
Buscando en la eternidad del útero del sueño
lo que no puede encontrar en la trabajosa realidad
del amor y de la vida.
Pero a veces, muy de vez en cuando
se despierta y sonríe.
Y el mundo se ilumina.
Ariel
30/08/2005
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