Es fácil ignorar una teoría demencial riéndose de ella, lo que anula automáticamente todo intento por comprender las motivaciones del hombre que la ideó... He descubierto que son pocas las personas con imaginación que no sean dignas de atención. Sus ideas pueden estar equivocadas, pueden incluso ser estúpidas, pero sus métodos frecuentemente merecen un estudio más minucioso. Hay pocas pasiones honradas que no se basen en alguna percepción de una unidad válida o en alguna anomalía digna de mención. El tamborilero que es diferente a veces marca un ritmo fructífero.
Stephen Jay Gould, El viejo loco de Randolph Kirkpatrick, en El pulgar del panda, Ed. Crítica, 2007.
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